Pablo Daniel Sagardoy y su hijo.

Cuatro hombres -entre ellos padre e hijo- se encuentran en el banquillo de los Tribunales Federales desde hace varios días sospechados de ser parte de una banda narco operaba en Neuquén, Mendoza, Chaco y Formosa y transportaba cocaína.

Fueron detenidos el 25 de mayo de 2021 en un control operativo en Córdoba con más de tres kilogramos del polvo blanco a bordo de una camioneta, a partir de una investigación que nació en nuestra provincia y se direccionó a otras localidades.

De acuerdo con fuentes judiciales, todos los acusados se encuentran en libertad luego de que la causa pasara por varias jurisdicciones federales. En Neuquén se declararon incompetentes para profundizarla y el expediente retornó a Mendoza, donde finalmente se inició el debate oral.

Una de las particularidades de la instrucción y el juicio, más allá del secuestro del estupefaciente, fue que uno de los señalados integrantes de la organización, el mayor, fue procesado también por amenazar de muerte a un testigo que llamaron los uniformados de la Gendarmería, que realizaron la investigación, para el correspondiente control de requisa.

“No tenés que testificar nada de lo que viste porque pueden matar a tu familia”, le habría dicho por lo bajo Pablo Daniel Sagardoy (54), uno de los detenidos, al civil que participaba de la medida con el objetivo de amedrentarlo.  

Este miércoles después del mediodía, el Tribunal Oral Federal N° 1, conformado por los jueces María Paula Marisi, Alejandro Waldo Piña y Alberto Daniel Carelli, abrirá la última etapa del debate, en el que la fiscalía comenzará con los alegatos. Luego será el turno de la defensa. Una vez concluidos, los camaristas estarán en condiciones de dar a conocer la parte resolutiva de la sentencia.

El citado Sagardoy, oriundo del barrio Flores de la vecina provincia, está procesado por transporte de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas. Además, suma la calificación por amenazas, debido a que fue marcado como quien abordó y amenazó al testigo mientras requisaban los rodados.

Por su parte, su hijo de 27 años, Pablo Daniel Sagardoy (tienen la misma identidad), Walter Emanuel Moussa, de 21 , y Luis Omar Canales, de 46, se los acusó también por transporte de estupefacientes agravado por haber intervenido tres o más personas organizadas para cometer el delito.  

Los cuatro procesados llegaron al debate en libertad. Una de las imágenes que sirvió como prueba en el expediente, que los muestra a todos juntos.

El hecho por el que fueron sorprendidos

La causa contra los Sagardoy y compañía se inició en Mendoza hace unos años. Se trata de uno de los desprendimientos que tuvo el caso que permitió la condena contra el narco guaymallino Raúl Bressi.

El 25 de mayo de 2021, personal de la Unidad de Reunión de Información (URI) Mendoza de la Gendarmería Nacional, solicitó el apoyo de sus pares en la localidad de San Francisco, en Córdoba, para individualizar a los sujetos pertenecientes a una presunta organización delictiva investigada, la cual se encontraba transitando por esa zona. 

El procedimiento tuvo lugar a las 7.30 en la ruta 158. Los Sagardoy -padre e hijo- se trasladaban en un Volkswagen Bora blanco “marcando punta” y Moussa y Canales lo hacían en una Toyota Hilux blanca algunos kilómetros detrás. 

El Bora llegó primero al mando del joven Sagardoy. Su padre lo acompañaba. Minutos más tarde llegó la camioneta. En ese momento, los gendarmes ya tenía el objetivo de requisar los rodados por las sospechas del transporte de la droga. En primera instancia, les realizaron un control para corroborar la documentación. 

Los efectivos procedieron a revisar el interior de los rodados y solicitaron los papeles correspondientes. Al mismo tiempo, contaron con la asistencia de un perro entrenado para la detección de sustancias ilegales. 

En el auto no se encontraron estupefacientes. Cuando llegó el turno de requisar la Toyota Hilux, el can presentó reacciones de inquietud, especialmente donde se ubicaba la palanca de cambios. 

En un rápido control visual, los agentes percibieron anomalías en el rodado: presentaba soldaduras y un material tipo doble fondo que no coincidía con el resto de la estructura del chasis. 

Fue así que hallaron tres ladrillos envueltos con goma de nylon multicolor y papel film, los cuales contenían 3,212 kilogramos de cocaína. 

De la investigación surgió que, en ese instante, la banda fingió no conocerse, pero las pruebas que venían trabajando sostenían totalmente lo contrario.

En el Bora, los uniformados encontraron una póliza correspondiente a la Toyota Hilux. Luego, descubrieron unos tickets de una estación de servicio de Chaco, donde ambos vehículos habían cargado combustible a la misma hora, pocos días atrás.

Por último, dieron con dos Certificados de Transferencias firmados por la misma persona, presente en los dos vehículos. 

A partir de estas y otras pistas, las cuales resultaron claves, lograron relacionar al grupo. 

Minutos antes de efectuar la detención de los sospechosos, Pablo Daniel Sargadoy padre, fue acusado de amenazar a un testigo civil de actuación, a quien le habría expresado: “No tenés que testificar nada de lo que viste porque pueden matar a tu familia”. El joven que recibió tal manifestación, quien había sido citado por los gendarmes, explicó que el hombre mayor le dijo, además, que las personas que trafican droga pueden matar personas y que si testificaba lo iba a matar a él.  

Pistas claves y modus operandi

Gracias a una serie de trabajos previos, los gendarmes recabaron decenas de pruebas incriminatorias y pudieron establecer el modus operandi de los cuatro sospechosos. 

Por lo que analizaron, en Chaco ejecutaban maniobras ilícitas para obtener la droga y así transportarla hacía su destino final: Neuquén. La sustancia iba a pasar por Mendoza.

Según una transcripción telefónica de uno de los celulares secuestrados por la División Criminalística y Estudios Forenses de la Agrupación XI, el 17 de mayo de 2021, Sagardoy (padre) le comentó a una mujer no identificada que pasarían una noche en Mendoza para luego continuar hacia Neuquén. 

En otras escuchas telefónicas, los acusados hablaban con otros individuos (desconocidos) sobre cómo evitar controles policiales y que direcciones debían tomar. 

En una ocasión, Sagardoy (hijo) se refirió a la droga llamándola “ropa” y que esta ya estaba lista: “Ya la ropa está”, señaló en una llamada. 

En uno de los cinco celulares incautados hallaron imágenes y videos de envoltorios con marihuana fraccionada, dinero y balanzas. Incluso en dichos registros, se observaron otras fotos de los cuatro acusados compartiendo habitaciones, almuerzos y cenas, manipulando armas de fuego y droga.