El Gobierno provincial espera que entre este martes y el jueves la administración libertaria de Javier Milei le precise con certezas la dimensión del impacto que tendría la reducción anunciada por el propio presidente de las partidas que financian los programas educativos; y uno, al menos, el Remediar, en el ámbito de la salud.

El despeje de las dudas oficiales comenzaría este martes, cuando el gobernador Alfredo Cornejo con el resto de los mandatarios provinciales y en la reunión prevista con el presidente –la primera de su tipo reciba de primera mano una posible idea general del ajuste y de lo que tiene Milei en la cabeza respecto del uso y destino de ciertos fondos no automáticos que se reparten en las provincias, como los del Fondo de Incentivo Docente (Fonid). Y, probablemente, toda la información se complete el jueves, ya con el ministro de Educación Tadeo García Zalazar participando en el encuentro del Consejo Federal de Educación, que preside el ministro Carlos Torrendel.

“Hasta ese día no sabremos mucho del impacto”, admitió García Zalazar cuando se le consultó sobre el tema.

La segunda semana de Milei en el Gobierno arrancó con las mismas dudas e incógnitas con que terminaron sus días iniciales e inaugurales de una presidencia que ha irrumpido en la escena política argentina prometiendo cambios de paradigmas, costumbres y tradiciones, de cumplirse, tan profundos como inéditos en el país, al menos, para los últimos 40 años de democracia.

Y, si bien lo que se ha anunciado –por aquellas diez medidas de arranque del ministro Luis Caputo de una semana atrás–, parece tratarse de un plan basado en un ajuste clásico, quizás lo novedoso se conozca durante estos días, siempre y cuando Milei confirme en los proyectos de ley o en los DNU que se barajan, todo ese proceso de desregulación total de la economía con el que, ha prometido y asegurado, comenzarán a resolverse los graves problemas que se arrastran por décadas. Habla y menciona el déficit cero a rajatabla, la reforma del Estado, una reestructuración de las empresas públicas incluyendo privatizaciones, cesión a sus empleados o cierres, precios libres y demás.

Pero las dudas no sólo se centran en el impacto de un programa que tendrá un precio altísimo para la ciudadanía, incluso más gravoso y penoso de lo conocido durante el último gobierno K, con el fin de alcanzar la estabilización deseada y que tiene un nivel de apoyo popular evidente; sino que también tiene que ver con la corroboración en la práctica de todo lo dicho por un Milei pragmático, que en los pocos días de gobierno ha dado indicios de hacer algo distinto de lo que venía diciendo o a lo que venía haciendo como diputado.

Una muestra de esto último es la reversión de Ganancias, que han reclamado las provincias por la pérdida de recursos coparticipables. Es lo que Milei les concedería este martes a los gobernadores. Es una decisión política y efectiva, a todas luces, porque cambia fondos por apoyo parlamentario o una promesa de ese apoyo, aunque no como para ser considerada de alta escuela política, como ya la han descrito algunos. Hay que prestarle atención no sólo a la carta que juega Milei, sino también a la de los gobernadores del peronismo que pidieron, militaron y apoyaron en su momento la eliminación de Ganancias cuando fue impulsado durante la campaña por Sergio Massa y hoy reclaman, con desesperación, su derogación. Más pragmatismo y otro acto de esos tales como “borrar con el codo lo escrito con la mano”, no se consigue.

Enfrente de tal espectáculo, los radicales, tanto los gobernadores como sus legisladores, que se debieron hacer un ocho para explicar que la eliminación de Ganancias traería consecuencias muy negativas a las provincias y severas, muy desfavorables y penosas frente a todo lo que una jugada demagógica y electoral pudo significarles. Se sabe que en el manual de acción del peronismo, el ir y venir de un lado a otro sin dar demasiadas explicaciones forma parte de su naturaleza. ¿El mismo método aplica para el libertario? Lo iremos sabiendo con el paso del tiempo.

La restitución de Ganancias para Mendoza, de confirmarse, le devuelve algo de aire al gobierno de Cornejo para un 2024 complejísimo. La incógnita que preocupa va por el lado de los fondos no automáticos, pero sostenidos por ley. El Fonid, por caso, es uno de los fondos tradicionales y de cumplimiento efectivo por la Nación, pese al trato discrecional y discriminatorio que ha tenido con Mendoza. Son recursos que permiten equilibrar el sueldo docente en todo el país, garantizando un mínimo de ingreso para todos. Por caso, permite que los maestros cobren 250.000 de base hasta los 10 años de antigüedad. La última paritaria nacional había dispuesto un aumento de 7.500 pesos elevando el ítem a cerca de 28.000 pesos por docente. Sin confirmación oficial, serían unos 1.500 millones de pesos mensuales que deben llegar a Mendoza por este concepto y, probablemente, no lo hagan. También incluye una ayuda destinada a la conectividad de los maestros, que en Mendoza se reflejaría bajo la identificación en el bono de “material didáctico”. Con esas incógnitas, y buscando alguna certeza, llegaría, este martes, Cornejo a la Rosada con el resto de los gobernadores.