Todo lo que nos pasa, Groening lo pensó antes…
Hay situaciones que marcan época y un estilo de hacer política. Argentina, en la actualidad, atraviesa un modelo en el cual el simbolismo es clave: obras públicas, actos, discursos y desfiles donde lo más importante es la sobrevaloración de figuras u objetos para la construcción de mitos.
Del mismo modo en que está determinado que todo lo que se inaugure de acá a fin de año llevará el nombre de Néstor Kirchner, el traslado del sable corvo de José de San Martín tiene algo de eso.
Cada vez más emparentado con la parodia de la vida real que se ve en la serie animada Los Simpson, nuestro país está evidenciando algunos indicios que muestran esa necesidad de siempre tener que aferrarse a una creencia nueva para reforzar algunos valores.
Ya no se trata de San Martín. Ahora es el sable corvo de San Martín.
El hecho remite a uno de los capítulos clásicos de la serie creada por Matt Groening, donde una “inerte barra de carbón” se convierte en héroe por haber evitado un desastre en el espacio. Se la premia, se le hacen tapas de revistas y se convoca a un desfile para admirarla y aclamarla.
Una muestra más de que la ficción nunca es tan ficción, ni aunque se trate de caricaturas.
