Para conocer si los niños de primer grado pasarán de año sabiendo leer, la Dirección General de Escuelas los incluyó en el Censo de Fluidez Lectora. Hasta diciembre, los alumnos de las escuelas de Mendoza serán evaluados para analizar los conocimientos adquiridos.

A la par, continúa la medición en la modalidad jóvenes y adultos, con el fin de conocer los niveles de lectura de padres de niños en edad escolar que decidieron terminar sus estudios.

Silvina del Pópolo, directora de Planificación de la Calidad Educativa, explicó que el foco puesto en los niños de primer grado guarda correlato con un estudio que se realizó en agosto donde, por medio de la lectura silenciosa, los estudiantes debían identificar palabras simples con el dibujo correspondiente o referente gráfico. 

En ese momento, se determinó que el 75% de los chicos podían leer esas palabras y hacerlo correctamente, porcentaje que para la DGE es elevado.

Decidimos incorporar a primer grado para tener un panorama más completo y entender cómo finalizan ese año”, dijo.

En este sentido, la funcionaria destacó que tras el receso de invierno deviene en los más pequeños una etapa de consolidación de saberes.

Después de las vacaciones se evidencia la maduración de los niños”, dijo y explicó que el Censo consiste en la lectura de oraciones con palabras de baja complejidad.

Censo de fluidez lectora en adultos.

Tercera medición del año

La tercera medición del año del Censo de Fluidez Lectora comenzó en noviembre, relevando a los alumnos de 1°, 3° y  6° de Primaria y 1° año del secundario. 

De acuerdo con el último relevamiento, cuyos resultados se dieron a conocer en septiembre, se achicó la brecha por ámbito de escuela y por gestión.

A comienzos de 2023, la diferencia porcentual entre estudiantes de tercer grado en nivel crítico en la gestión estatal y la gestión privada era de 14 por ciento, y disminuyó a 7 por ciento en julio y agosto. 

Esta baja se explica principalmente por la mejora que se produce en los establecimientos de gestión estatal, donde el porcentaje de criticidad disminuyó alrededor de 12 puntos porcentuales”, había destacado la DGE en ese estudio. 

En tanto, las diferencias entre las escuelas de gestión estatal en zonas urbanas y rurales se redujeron a la mitad a mediados de este año. En la primera prueba de 2023, el porcentaje de alumnos de tercer grado con niveles críticos era 10,3, mayor en el ámbito rural y en la segunda mitad esa diferencia pasó a ser de 5,4 por ciento. 

En cuanto a la inclusión de primero, afirmó del Pópolo: “Queremos fortalecer el primer grado con un núcleo fuerte de trabajo con Sala de 5 porque este año tuvimos muchos estudiantes que iniciaban segundo grado con dificultad en la lectura”.

Recalcó que esta toma de decisión está prevista en el Plan de Alfabetización y donde se destaca que es posible que un nene comience a leer a los 6 años.

Es muy importante que la seño que los reciba en segundo conozca con qué trayectoria pasan, ya que el Censo no es anónimo“, refirió.

Los adultos

La franja etaria que se tomó para el primer análisis en jóvenes y adultos es desde los 16 a los 30 años, puesto que el Gobierno escolar entiende que ese grupo puede estar comprendido por padres de niños en edad escolar.

De esa manera podemos comprender el círculo completo de la alfabetización en algunos entornos familiares. Es muy alentador pensar que un adulto que decide retomar la escuela, acompaña, a la vez, a su hijo. Un papá o una mamá que están aprendiendo a leer o mejorando su lectura tienen otras herramientas para apoyarlos“, consideró.

En este punto, aclaró que, si bien la responsabilidad es de la escuela, es importante lo que ocurre en las casas y comentó que en este engranaje la asistencia es clave. “Es notable la mejora alcanzada por los estudiantes con buena asistencia”, concluyó.