Menos de un año pasó desde que Héctor Osvaldo Quiroga (59) fue asesinado a mano de delincuentes en su casa de Russell, Maipú. En el conmocionante caso, uno de los delincuentes fue sorprendido cuando la víctima le propinó un escopetazo. Herido, el maleante contraatacó y le quitó la vida de dos balazos certeros.

Este jueves, ese sujeto, identificado como Cristian Reina Flores (33), reconoció la autoría del asesinato durante un juicio abreviado inicial y fue condenado a prisión perpetua, por el delito de homicidio criminis causa en concurso real con robo agravado por el uso de arma de fuego.

La fiscal de Homicidios Andrea Lazo llegó a un acuerdo con la defensa para definir la situación de Reina, quien se encontraba acorralado por las pruebas y prácticamente no tenía chances de esquivar la máxima pena, en caso de que llegara al juicio oral y público. 

Además, de esa forma el malviviente evitó la exposición mediática que conlleva ser sometido a un debate por jurado popular.

De esa forma, Reina reconoció frente al juez Diego Flamant, del Juzgado Penal Colegiado Nº 2, haber ultimado al comerciante durante un asalto a su domicilio, donde también funcionaba un comercio.

Por su parte, el otro imputado, Héctor el Laucha González, no formó parte del acuerdo y continuará sometido al proceso.

Se espera que en los próximos meses la instrucción, que inició el fiscal Flavio D’Amore –ahora en Delitos Económicos–, se de por finalizada y sea elevada a juicio, indicaron fuentes judiciales.

El caso 

Fue el miércoles 18 de setiembre, alrededor de las 3.45, cuando tres individuos encapuchados irrumpieron en una despensa de calle Videla Castillo al 1552, en el citado distrito maipucino.

Los sujetos buscaron el dinero de la recaudación, que se encontraba en el interior de una caja metálica. En total sustrajeron unos 50 mil pesos en efectivo de allí, según la investigación.

Quiroga, quien se encontraba en el sector trasero de la propiedad y fue sorprendido en su habitación por los malvivientes. En un momento, tomó una escopeta que tenía guardada y enfrentó a los ladrones a los ladrones para evitar que lastimara a su familia.

Quiroga alcanzó a darle un escopetazo a Reina, quien estaba armado y con intenciones de dispararle. El sujeto recibió el impacto de unos ocho perdigones en el cuerpo.

Malherido, Reina sacó un arma de fuego que tenía, la apuntó contra la víctima y gatilló en dos oportunidades: uno de los plomos le impactó en el abdomen y el otro en la ingle, provocándole la muerte en cuestión de minutos. 

Seguidamente, el malviviente intentó escapar a la par de sus cómplices, pero por sus lesiones no les pudo seguir el paso. Por esa razón, quedó tirado junto a un olivo en las inmediaciones de la escena.

A las 4.20, un vecino llamó a la línea de emergencias 911 y avisó que un sujeto estaba oculto bajo unas ramas. Cuando los policías fueron hasta el lugar dieron con Reina, quien estaba lesionado, por lo que debió ser llevado al Hospital Central. Además, le secuestraron una pistola calibre 9 milímetros y un revólver 22.

Allí permaneció algunos días hasta que recibió el alta médica y pasó a la cárcel. Más allá de eso, pasó varios meses en silla de ruedas, situación que se pudo observar en noviembre, cuando le dictaron la prisión preventiva.

Peligroso 

El apellido de Reina Flores era conocido en el ambiente delictivo. En 2015, Jesús Feliciano, uno de los hermanos de Cristian, mató al policía Jorge Lorenz, también durante un asalto. 

Cristian también solía delinquir a la par de su hermano y desde hacía tiempo que venía registrando antecedentes en su prontuario, entre los que figuraban violación a la Ley 23.737 (estupefacientes), abuso sexual y robo agravado

Incluso, en diciembre de 2012 la Quinta Cámara del Crimen lo condenó a 12 años de cárcel por un robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso ideal por ser cometido en poblado y en banda, ocurrido en 2006 y por el que fue detenido a principios de 2009.

El 15 de setiembre de 2017, Reina solicitó la libertad condicional y la Fiscalía, representada por Humberto Panelli, se opuso a que le otorgara el beneficio.

Sin embargo, el juez Sebastian Sarmiento hizo lugar al pedido de la defensa del delincuente y le fijó una serie de condiciones para que regresara a las calles.