Estamos por llegar a la celebración máxima de los mendocinos y es necesario tomar algunas precauciones. El fin de semana que se aproxima va a cambiar, como siempre ocurre, la fisonomía de nuestra Ciudad y los mendocinos deberemos atenernos a las consecuencias.

    Tanto en la noche del viernes, pero más aún en la mañana del sábado, la Ciudad va a albergar a tanta gente que no se sí las veredas se van a bancar el sobrepeso. Si usted tiene pensado ir a tomar algo a algunos de los bares que bordean el paso del desfile, mejor que vaya haciendo las reservas ya, porque ir a la buena de Dios no le va a dar resultado alguno.

    Y no se le ocurra, ni por broma, ir a hacer algún trámite porque, a lo mejor, puede que esté abierto el negocio anhelado pero el tema es que usted pueda llegar a ese negocio.Va a tener que atravesar una marea humana creciente, una especie de río de personas con doble mano.

    Tanto en la Vía Blanca como en el Carrusel, la Ciudad va a quedar partida en dos. Por lo tanto, si quiere movilizarse en micro, deberá averiguar muy bien qué cambio de recorrido afectará a ese medio de transporte, porque puede que usted quiera bajar en 9 de Julio y termine bajando en Boulogne Sur Mer. Y si decide movilizarse en auto, idea desaconsejable de todas formas, habrá que buscar el camino más corto, que, seguramente, no pasará por el centro.

    Si debe ir de Godoy Cruz a Las Heras por ejemplo, lo que más le conviene es cortar camino por Uspallata, Cruz de Paramillo y Villavicencio y, seguramente, llegará antes que si opta por los itinerarios habituales. Estamos por entrar en un caos de tránsito, bueno, mucho no nos debe extrañar, si es casi una forma de ser de los mendocinos.