Durante el primer trimestre del año, los niveles de pobreza en Argentina continuaron en aumento, alcanzando el 38,7%, según estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). La incesante subida de la inflación, que alcanzó un 115% en los últimos doce meses, es la razón principal detrás de este preocupante incremento.

Según los datos procesados ​​de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) difundidos por el INDEC, la indigencia aumentó del 8,2% al 8,9%, mientras que la pobreza se elevó del 34,2% al 38,7%. Esto se debe al empobrecimiento de los trabajadores ocupados, tanto registrados como no registrados, así como de aquellos que trabajan por cuenta propia.

Entre los ocupados, la pobreza subió del 24,4% al 28,7%. Tanto la línea de indigencia como la de pobreza se calculan en función de la evolución de las canastas de alimentos y de consumo total, las cuales han obtenido más que la propia inflación.

En marzo, la línea de indigencia aumentó un 120,1% interanual, mientras que la línea de pobreza creció un 113,2%, en comparación con la inflación del 104,3%. Este aumento interanual de 4,5 puntos en la pobreza (del 34,2% al 38,7%) equivale a la incorporación de 2 millones de nuevos pobres en tan solo 12 meses.

Según los datos del INDEC, estos porcentajes se aplican a 31 aglomerados urbanos que suman 29 millones de personas. Si se extrapolan a toda la población, incluyendo la rural (46,2 millones de personas), habría un total de 18 millones de pobres, de los cuales cuatro millones serían indigentes.

Los efectos de la pobreza son particularmente alarmantes en los niños menores de 14 años, con una tasa que ha advertido del 47,1% al 54,7%, surgiendo a unos 6 millones de niños y niñas que viven en hogares pobres.

Con información de NA.