En la segunda etapa de la Campaña Antártica de Verano realizada por el rompehielos Almirante Irízar, el Instituto Antártico Argentino (IAA) advirtió que un témpano se desprendió y que lo están monitoreando para que no afecte la trayectoria del emblemático buque.

Los organismos están utilizando imágenes obtenidas por los satélites de la constelación SAOCOM 1 para guiar al rompehielos ARA Almirante Irizar en la búsqueda de las mejores rutas entre los mares australes para abastecer las bases que posee la Argentina en el continente blanco.

En el marco de este servicio que brinda la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), desde el lunes 23 se pudieron captar imágenes de un témpano de 1.500 km2, denominado A81, que se desprendió el domingo 22 de la barrera de hielo Brunt, en el Mar de Weddell.

La información satelital es de vital importancia para definir la trayectoria del rompehielos, que a la fecha está anclado en el puerto de Ushuaia, a unos 2900 km del bloque de hielo desprendido, y que en los próximos días partirá en dirección hacia la base Belgrano II.

Sebastián Marinsek, jefe del Departamento de Glaciología del Instituto Antártico Argentino, quien estuvo a cargo del procesamiento de esas imágenes satelitales provistas por la CONAE, explicó que desde ese organismo vienen monitoreando la zona y observando el crecimiento de la grieta que esta semana generó el desprendimiento del témpano. El seguimiento que realizan se concentra en mayor medida en esta época del año, por la campaña antártica.

“Este fenómeno responde a ciclos naturales de los glaciares, que en este caso cobran mayor dimensión por la extensión del continente antártico, que posee 14 millones de kilómetros cuadrados. Este témpano, en realidad, comprende una pequeña porción de la barrera de hielo de dónde provino”, indicó.

“El témpano posee 40 metros de alto, 40 kilómetros de ancho y 60 kilómetros de largo, y en estos momentos se encuentra a la deriva, por eso vamos a seguir monitoreándolo para que la tripulación a bordo del rompehielos tenga la información necesaria para tomar las decisiones y esquivarlo”, agregó Marinsek.

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“En las imágenes se observa cómo el témpano se desplaza hacia la dirección de la base Belgrano II. Pero como su movimiento es la deriva, en función de las corrientes del mar, es difícil predecir hacia dónde se va a seguir deslizando. Por eso la importancia de la constelación SAOCOM, porque con los dos satélites podemos monitorear todos los días cómo va evolucionando el camino que va haciendo, en particular en el momento que el barco ingrese a la zona por el norte. Cuanto más lo sigamos, también vamos tener una mejor precisión sobre velocidad con la que se está desplazando”, apuntó.