El Gabinete para Asuntos de Seguridad israelí decidió ayer no ampliar la ofensiva contra Hezbolá en Líbano, aunque destacó que mantiene como uno de sus objetivos prioritarios desplazar a ese grupo chií lejos de la frontera con Israel. El ministro israelí de Defensa, Amir Peretz, dijo que, en la actualidad, el principal objetivo del Ejército israelí es “desplazar a Hezbolá” de la zona que ocupa en el sur de Líbano, junto a la frontera con Israel. “Nuestro objetivo es cambiar la realidad en la frontera norte”, agregó Peretz, quien especificó que esa meta pasa por “la creación de una zona de seguridad especial”.

     En la reunión del Gabinete de Seguridad, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, dijo que el Ejército está avanzando en el cumplimiento de los objetivos, que son, esencialmente, desarmar a Hezbolá y hacer que se retire de la frontera con Israel. Al mismo tiempo, Olmert hizo hincapié en que Israel tampoco tiene intención de enfrentarse con Siria. El ministro de Defensa explicó la decisión de las autoridades israelíes de movilizar a unidades de reservistas para así “poder tratar con todo tipo de contingencia”.

      Peretz señaló que “nos encontramos en medio de una guerra” y mencionó la angustia y pánico de las familias de los soldados muertos el miércoles en el sur de Líbano, y se refirió a la “feroz y complicada batalla” en torno a la aldea libanesa de Bint Jebeil, donde murieron ocho soldados israelíes. “Las grandes pérdidas no nos quebrantarán. Podemos recibir daños pero no nos romperán.Podemos sufrir pero no rendirnos”, manifestó Peretz. No obstante, al igual que hizo Olmert, Peretz matizó que Israel no tiene intención de librar una guerra con Siria.

       Peretz tuvo unas palabras para el pueblo palestino y libanés, a quienes dijo que “hay fuerzas marginales que os están manipulando para servir a intereses sirios e iraníes”. Por su parte, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, teniente general Dan Halutz, dijo que la guerra contra Hezbolá proseguirá “hasta alcanzar nuestros objetivos”, en alusión al desarme del grupo chií libanés y su retirada de la zona fronteriza con Israel. Halutz añadió que el Gobierno respalda plenamente la operación y ya ha dado luz verde para movilizar a más unidades de reservistas.

       El comandante en jefe del Ejército israelí manifestó que, en el curso de la ofensiva, han sido eliminados varios dirigentes de Hezbolá, cuyos nombres no citó. Olmert declaró el miércoles en “círculos cerrados”, citados por la radio pública de Israel, que: “No diremos cuándo concluirá Israel su batalla; esto lo sabrá Hezbolá y por el camino más duro”. Poco antes de que acabara la reunión, el subcomandante de la Zona Norte del Ejército israelí, general Shuki Shajar, informó de que Hezbolá se está esparciendo por todo Líbano, lo que, en principio, pareció indicar que se iba a anunciar una ampliación de las operaciones, cosa luego desmentida por los acontecimientos.

      El general Shajar recalcó, no obstante, que las operaciones en Líbano “no están destinadas a conquistar, sino a neutralizar los lugares desde los que se lanzan cohetes”. Ehud Olmert dijo a una delegación de la UE que su gobierno no comparte la interpretación realizada por uno de sus ministros sobre los resultados de la Conferencia de Roma, presentándola como una autorización para seguir con la operación militar en Líbano.