Se jugaban mucho más que tres puntos, especialmente para San Martín, que desde el comienzo del torneo pareció siempre más ambicioso que su rival, aunque Gimnasia sabía que era la última chance para soñar con algo más que su permanencia en la categoría. En el primer tiempo se repartieron errores y virtudes, en un trámite apenas discreto. Hubo dos oportunidades de gol para cada lado.

    A los 24 minutos, un remate cruzado de José Luis Marzo rozó el palo derecho de un Fernando Batistella que estaba vencido. Luego, a los 39’, una perfecta habilitación para Marcelo Real encontró al delantero solo frente al arquero Carlos Díaz. Al pibe le faltó confianza para definir, se abrió demasiado en la carrera y lo que parecía más de medio gol quedó en la nada. Antes del entretiempo hubo dos chances más.

    Una fue un remate de Víctor Cabral desde el borde del área grande, el que rebotó en el travesaño, y la otra fue un zurdazo de Marcos Fernández, el que se fue apenas desviado del palo derecho de Batistella. En el segundo tiempo, el partido creció en intensidad y dramatismo, porque un punto no les servía a ninguno. Pero también hubo polémica a partir de las equivocaciones del árbitro. A los 28’, un gran centro de Leandro Diema encontró a Nicolás Guevara solo frente al arco y no tuvo más que empujarla con zurda para abrir el camino hacia el triunfo del equipo de Garro.

    Gimnasia buscó el empate con desorden, aunque con mucho sacrificio. Sin embargo, una contra muy bien gestada entre Negri y los hermanos Alaniz terminó en la definición de Cabral para cerrar el partido. Después llegó el descuento de Carabajal, pero sólo sirvió para decorar el resultado. Fue un importantísimo triunfo del Chacarero, el que, después de una semana difícil (casi no juega por falta de pago), ganó y vuelve a prenderse.