La jarilla es una de las plantas típicas de la región.

Aunque no es lo mismo el otoño en Mendoza, la primavera también tiene sus encantos propios para maravillar a cualquiera que visite la provincia. En esta época, sus flores y plantas son un espectáculo natural.

En medio de los viñedos y paisajes de montaña, es posible encontrar una gran cantidad de flores y plantas típicas del clima semiárido y suelos salinos.

¿Qué características tienen las plantas de Mendoza?

Un sello característico de las flores y plantas de la provincia es su resistencia a las adversidades del entorno. La vegetación cuenta con sus propios mecanismos para sobrevivir al difícil terreno de la montaña y el desierto.

Así, las plantas de Mendoza han evolucionado para resistir la escasez de agua. La mayoría está cubierta de pelos y ceras; o son pequeñas, con el fin de reducir el agua que se pierde por transpiración. Del mismo modo, las raíces profundas les sirven para buscar agua subterránea.

Por otro lado, también pueden resistir grandes concentraciones de sales, ya sea tolerando estas condiciones o eliminando las sales a través de glándulas especiales.

¿Cuáles son las flores y plantas más reconocibles en la primavera?

Retama (Retama sphaerocarpa): esta planta se destaca por sus flores amarillas, que cubren las laderas de las montañas en un manto dorado durante la primavera. Su resiliencia y belleza la convierten en un símbolo de la región.

Retama sphaerocarpa.

Algarrobo (Prosopis spp.): este árbol emblemático de Mendoza muestra racimos de flores amarillas en primavera. Su madera y frutos han sido cruciales en la historia y economía de la provincia.

Espinillo o aromo (Vachellia caven): este árbol despliega sus flores amarillas altamente aromáticas en primavera, añadiendo una fragancia única al paisaje.

Aguaribay o pimiento (Schinus areira): el árbol sagrado de los Incas; su fruto rojo es utilizado como condimento, y sus flores atraen la atención en primavera.

Cardón (Echinopsis atacamensis): este cactus columnar puede llegar a los diez metros de altura y produce flores blancas y frutos rojos en esta estación.

Tuna (Opuntia spp.): este cactus de tallos aplanados y espinosos produce flores coloridas y frutos comestibles, añadiendo un toque de exotismo a los paisajes.

Rosa del Desierto (Adenium obesum): esta planta crasa, con un tronco grueso y flores vibrantes, es una joya de la primavera mendocina.

Viscote (Acacia visco): este árbol perenne, que puede alcanzar alturas de seis a doce metros, despliega flores amarillas que emanan un encantador aroma en la temporada primaveral.

Acacia visco.

Caldén (Prosopis caldenia): este árbol espinoso se desarrolla de manera natural en suelos arenosos y es una especie exclusiva de Argentina.

Cina-cina (Parkinsonia aculeata): destacando por sus flores amarillas y hojas finamente compuestas, este árbol es una característica esencial del paisaje mendocino.

Altepe (Proustia cuneifolia): presentando hojas blancas y flores rosadas, este arbusto agrega un toque de color a la región.

Chañar (Cercidium praecox – Geoffrea decorticans): sus flores amarillas y frutos dulces lo hacen destacar en la temporada primaveral.

Cercidium praecox.

Jarillas (Larrea spp.): estos arbustos, con sus flores amarillas y hojas resinosas, forman parte del paisaje típico de Mendoza.

Jarilla Macho (Zuccagnia punctata): sus flores blancas y hojas grises la hacen destacar entre la flora autóctona.

Estas son las principales flores y plantas autóctonas que transforman Mendoza en un paraíso durante la primavera. Además de su belleza, muchas de estas especies tienen usos medicinales, alimenticios, artesanales o paisajísticos que enriquecen la vida de los mendocinos.