Diciembre es un mes especial para el cristianismo. Trae consigo la celebración del nacimiento de Jesucristo. La Navidad simboliza la encarnación de Dios y la luz que viene al mundo, marcando un tiempo de reflexión, renacimiento espiritual y esperanza. En cada sitio del orbe surgen diversas formas de vivir estos festejos. Seleccionamos algunas de las tantas tradiciones navideñas que existen por el planeta.

En los Países Bajos, los niños reciben sus regalos en la noche del 5 al 6 de diciembre. Los reparte San Nicolás (Sinterklaas, en neerlandés) con la colaboración de los Zwarte Pieten, es decir, “Pedros negros”. Se llaman así porque están manchados de hollín de tanto subir y bajar por las chimeneas para repartir los regalos a los niños.  Este parece ser el origen deSanta Claus, exportado a los Estados Unidos cuando los neerlandeses fundaron Nueva Ámsterdam (actualmente Nueva York).

En Austria y en algunas zonas de Alemania, los niños temen al Krampus, el demonio navideño. Es una criatura con orejas de elfo y semblante diabólico que secuestra a los niños que se han portado mal.

En Noruega se esconden las escobas durante la Navidad, porque quieren protegerse de los malos espíritus que pueden robarlas para volar sobre ellos en el cielo navideño.

En Inglaterra tienen una costumbre muy divertida: los crackers navideños. Son unos rollos de cartón con forma de caramelo que se emplean para decorar las mesas. En su interior guardan golosinas y juguetes, una frase con un chiste y una corona de papel. Para conseguir todos los regalos, debe abrirse entre dos personas. Cada una tira de un extremo y aquel que se quede con el trozo más grande se adueña del premio.

En Colombia se da la bienvenida a la Navidad la noche del 7 de diciembre, cuando se homenajea a María y a la Fiesta de la Inmaculada Concepción. Se iluminan los hogares colombianos con millones de velas blancas y de colores en farolillos de papel, en conmemoración al momento en que el arcángel Gabriel anunció a María que era la elegida, desde antes de su nacimiento, para ser la madre de Jesús. Aunque se inició como una costumbre religiosa, se ha arraigado intensamente en la cultura colombiana, convirtiéndose en una tradición para unir a la familia.

En algunas zonas de Perú, como Puno o Ayacucho, se oficia la lectura de la hoja de coca. Después de la cena navideña, celebrada por los peruanos el 25 de diciembre y en la que es típico comer pavo y puré de manzana, los integrantes de la familia con mayores conocimientos realizan la lectura. Esto es un ritual ancestral, que llevan a cabo con la finalidad de conocer cómo les irá en los próximos meses en temas de salud, amor y trabajo.

En muchos países, los más pequeños de la casa dejan a Papá Noel y a los Reyes Magos alimentos para que repongan fuerzas y puedan seguir entregando los regalos al resto de niños del mundo. Generalmente, les dejan leche y galletas, pasto para los camellos y agua. En Irlanda, la noche del 24 de diciembre prefieren dejarle a Santa un pudding hecho con cerveza o whisky irlandés.

En Francia, el Bûche de Noël (tronco de Navidad) no es solo un postre tradicional, sino una representación de una antigua costumbre que se remonta a las tribus europeas precristianas. Durante el solsticio de invierno, los druidas celtas celebraban la llegada del invierno quemando un gran tronco de árbol en el hogar. Este ritual simbolizaba la luz y el calor que, poco a poco, empezaban a regresar con la llegada del solsticio. Se creía que el fuego del tronco alejaría a los malos espíritus y traería prosperidad para el próximo año.

En muchos países del mundo existe la tradición del árbol de Navidad, que tiene raíces paganas, pero fue adoptada y transformada por el cristianismo, para el que simboliza la vida, la esperanza y la reconciliación. Representa el árbol del Paraíso, con la estrella de Belén en la cima y luces que aluden a Jesús como luz del mundo, convirtiéndose en un símbolo de unión familiar y alegría en las fiestas. La tradición fue popularizada desde Alemania y se ha extendido globalmente.