La intención fue llevar un mensaje a los internos y comprobar si habían mejorado las condiciones en que viven. El obispo fue recibido por el capellán, Roberto Juárez, quien le dio la bienvenida e hizo una metáfora sobre la visita del purpurado como la búsqueda de la oveja perdida. Ni lerdo ni dormido, el subsecretario de Justicia, Gustavo Castiñeira de Dios, agarró al vuelo la frase y dijo: “Pero yo no soy el único”, lo que provocó la carcajada de los presentes.
OVEJA PERDIDA
La semana pasada, el arzobispo de
Mendoza, José María Arancibia,
recorrió la cárcel de Boulogne Sur
Mer