“Jamás se me hubiera ocurrido hacer semejante locura. Me creo inocente, me siento inocente y quiero que eso quede claro”. De esta forma terminó su relato ante el tribunal que debate la violación seguida de muerte de Micaela Reina (12), el tío de la víctima e imputado, Walter Prádenas. Antes de que el acusado diera su versión del hecho, los miembros de la Quinta Cámara del Crimen, Laura Gil de Chales y Rafael Escot –Gonzalo Guiñazú no concurrió–, realizaron una inspección ocular en la casa del padre de la pequeña y hermano de Walter, Alejandro, ubicada en el barrio Sargento Cabral de Ciudad.

    Los magistrados, junto a las partes, llegaron hasta esa vivienda porque allí se presume que tuvieron secuestrada a Micaela antes de que apareciera muerta el 17 de mayo del 2007 en un piletón de una bodega abandonada en Guaymallén. Tanto para el tribunal como para el fiscal de Cámara, Javier Pascua, y el representante de la querella, Raúl Miranda, la medida adoptada dio resultados positivos y comprometió a los dos imputados, quienes hoy se encuentran en el banquillo, respondiendo por el delito de privación ilegal de la libertad en concurso real con abandono de persona seguido de muerte. Al finalizar la medida regresaron al recinto del primer piso de los Tribunales para continuar con el juicio.

    La nueva jornada de debate contó con la declaración del tío de la niña, quien se desvinculó del hecho y aseguró que “es absolutamente inocente”. Pormenorizadamente, relató todo lo que hizo desde el viernes 11 de mayo –día en que Micaela desapareció– hasta que fue detenido en la semana posterior. “El viernes salí del taller donde trabajo como chapista, alrededor de las 20. Mientras iba a cambiarme para ir al gimnasio donde empezaba la clase a las 21, llamé a unos amigos para pasarlos a buscar y después del gimnasio nos fuimos a tomar una cerveza y luego los dejé a cada uno en su casa”, explicó. A lo que agregó: “Al otro día salí de trabajar al mediodía y llamé a mi hermano José para irme a comer un asado a su casa.

     Mientras estaba allí, en la tarde, me comuniqué con Alejandro (el otro acusado) y me dijo que no fuera a su casa porque tenía problemas, pero no me comentó más nada y cortó el teléfono”. Al otro día (domingo), Walter manifestó que regresó a la casa de Alejandro “como a las 17.30 o 18, a plena luz del día”, para buscar unos envases de cerveza y que, además, aprovechó para saber qué le había pasado a su hermano, porque se había quedado “preocupado”. “Ahí me comentó que esta mujer (por Marta Reina, madre de la víctima) lo estaba acusando de tener escondida a la niña en su casa, pero después no supe más nada hasta que la policía fue y me buscó a mi trabajo para decirme que era sospechoso de la desaparición de la niña, con quien nunca tuve ninguna relación y ni siquiera conocía”, sostuvo el imputado.

 EN EL BARRIO SARGENTO CABRAL. Antes de que declarara en la sala de audiencias, el tío de la nena, el tribunal y las partes concurrieron a la manzana 5 casa 16 del barrio Sargento Cabral, propiedad de Alejandro Prádenas, para realizar una inspección ocular. Llegaron hasta ese sitio para saber si lo que había declarado como testigo una niña de 12 años podía ser cierto o no. La pequeña indicó que vio a Micaela tirada en el baño y que su padre le estaba poniendo inyecciones.

     Luego agregó ante el tribunal que la víctima estaba atada a la cama matrimonial y que le pedía por la ventana que la ayudara porque “la querían matar”. El tribunal conoció la propiedad de Prádenas y ahora deberá valorar antes de dictar sentencia si el relato de esa niña es creíble o no (los psicólogos del Cuerpo Auxiliar Interdisciplinario indicaron que la niña tenía tendencia a fabular y a inventar historias). Durante la inspección se observó a Escot manejar el Ford Falcon de Walter Prádenas para ver si podía ser estacionado en la vereda de la vivienda. En ese auto habrían trasladado a la víctima y a Apolo Jacob Díaz, quien fue desvinculado del caso por un error cometido durante la instrucción.

     El fiscal manifestó luego de la medida realizada a media mañana y ante varios vecinos del lugar: “La inspección ocular ha sido positiva y lo apreciado hoy se asemeja a lo relatado por la niña que dio su testimonio”. Por su parte, uno de los abogados defensores, Ariel Civit, sostuvo que “ha quedado acreditado que todo lo que declaró la testigo no puede ser cierto por cómo están ubicadas las habitaciones y el baño”. El debate continuará hoy a las 9 con la declaración de más testigos, entre ellos la de Víctor Reina, hermano de Micaela, quien aseguró haber visto a su hermana secuestrada en la casa de Prádenas, a través de una ventana.