Ayer a la mañana, los usuarios de los troles estaban contentos. Después de nueve días, pudieron volver a utilizar el servicio, que tiene muy buen prestigio. Pero no todo fue bueno. Por la bajísima temperatura registrada durante la mañana –3 grados bajo cero antes de las 8–, los usuarios, a pesar de la alegría, se acordaron de una de las falencias de algunos coches: la falta de calefacción. Cada vez que se abría la puerta, literalmente, tiritaban.