“Acá se manejaron con datos, porque fueron justo a la oficina donde estaba la plata y porque esta semana nos estaban pagando”, comentó con seguridad un empleado de Obras Sanitarias en la puerta del sindicato que los nuclea, situado a unos 100 metros de los Juzgados de Familia, en pleno centro mendocino.

    Eran las once y cuarto de la mañana de ayer y el hombre hablaba con un compañero esperando a que alguien les diera una respuesta sobre qué iba a pasar con su sueldo, ya que, veinte minutos antes, tres hombres fuertemente armados habían ingresado al edificio de Montevideo 525 de Ciudad, a metros de Chile, y se llevaron todo el dinero con el que debían pagarles.

LADRONES VIOLENTOS. Según fuentes policiales, el botín estuvo compuesto por ocho mil ochocientos pesos, entre dinero en efectivo, cheques y tickets canasta. Además, los delincuentes agregaron distintas pertenencias de sus víctimas, como los teléfonos celulares. Para cometer el atraco, los asaltantes fueron por demás violentos, ya que golpearon brutalmente a dos empleados. A uno de ellos, un médico, le dieron un culatazo con un arma en la cara, mientras que a otro hombre le pegaron una fuerte patada en la espalda, por lo que, después del hecho, tuvo que ser asistido por una ambulancia y trasladado a un centro asistencial para su mejor atención.

    Los testigos comentaron que el trío de ladrones llegó al sindicato en un auto Renault color blanco, del cual no supieron precisar el modelo, puede ser un Megane o un Clio, pero aseguraron que era muy nuevo. Estacionaron frente al edificio y se bajaron, todos muy bien vestidos y portando pistolas nueve milímetros. Una vez dentro de la oficina en la cual se encontraba la plata, los malvivientes amenazaron al grupo de empleados que estaba allí y le exigieron la entrega del dinero, siempre actuando de forma violenta.

    Cuando terminaron con su cometido, salieron corriendo del lugar, se subieron al automóvil en el que habían llegado y huyeron raudamente de la zona. A pesar de que la Policía llegó rápidamente al sitio y armó un operativo para tratar de dar con la gavilla, esta logró escapar y no pudo ser detectada. A los pocos minutos, se hizo presente en el lugar personal de Policía Científica, quienes levantaron datos que pueden servir para la identificación de los malvivientes, y la Ayudante Fiscal Mabel Osorio, de la Oficina Fiscal de la Comisaría Tercera, quien tomó declaraciones a los empleados y se hizo cargo de la investigación.