La información sobre este aberrante suceso fue brindada durante el fin de semana por fuentes policiales de la provincia norteña. La víctima fatal fue identificada como Sonia Moncada, quien, al ser encontrada muerta, se hallaba con la parte inferior del cuerpo desnuda y con signos de haber sido violada, tal como confirmó luego el médico forense, que halló restos de semen en sus genitales.
La joven había desaparecido de su casa de la localidad boliviana de Bermejo, circunstancia que había denunciado su pareja, Ramiro Martínez Arroyo, de 21 años, ante las autoridades de la Policía Técnica Judicial Boliviana (PTJ). Las mismas fuentes consultadas por Télam explicaron que la joven asesinada carecía de documentación tanto argentina como boliviana. Los investigadores estiman que la joven pasó desde Bolivia a Argentina y que luego fue violada, asesinada y abandonada en la zona fronteriza.
Efectivos de las policías de Salvador Mazza y Tartagal trabajan para esclarecer el crimen que, según los forenses, fue cometido mediante asfixia por estrangulamiento con las propias trenzas de la víctima, que tenían cerca de un metro de largo y le llegaban hasta abajo de la cintura.