“En esta nueva edición de ArteAyuda, no pintan los chicos, sino que los artistas pintan para ellos”. Esta frase pertenece a Damián Martínez, un artista mendocino de 30 años que decidió sumarle a una de sus pasiones un plus solidario. La idea de este movimiento social, creado en el 2006, es justamente, como lo indica su nombre, ayudar, a través del arte, a diferentes instituciones sociales que se dedican a la contención de niños y adolescentes de bajos recursos.

La propuesta de Martínez se desplegará por primera vez en el Espacio Contemporáneo de Arte (ECA) a partir del próximo 7 de diciembre. Contará con la colaboración de cincuenta artistas de la talla de Osvaldo Chiavazza, Martín Motta, Federico Quesada, Pi, Mema Mom, Laura Rutman, Dotz y Cees, entre muchos otros. Cada uno presentará dos obras y las cien pinturas – que serán de 30 por 40 centímetros – tendrán un precio unificado de 200 pesos, sin importar quien sea su autor.

La totalidad de lo recaudado será destinado a la Fundación C.O.L.O.B.A (ubicada en las inmediaciones del Campo Papa) que, a través de su proyecto “Los Triunfadores”, saca a los chicos de las villas, les enseñan a reciclar papel y les otorgan una salida laboral fomentando también la inclusión social.

“Con este ArteAyuda, además de la plata, llevamos la posibilidad de que, por primera vez, el papel reciclado sea de diferentes colores a través del reciclado de pigmentos.”, explicó Martínez.

“Esta edición recibe nombre de ArteAyuda Con Ciencia porque, en un principio serían cien artistas los que participarían pero, por una cuestión de tiempos y organización, finalmente serán cincuenta exponiendo dos obras cada uno. Finalmente, la premisa se cumple igual, ya que serán cien obras las que se expongan”, explicó Martínez, que también trabaja en una peluquería cercana a su taller.

El artista explicó que la idea surgió de la posibilidad de poder devolverle a la sociedad algo de lo que recibió de ésta. Incluso, el primer Arte Ayuda se da en la primera muestra e inauguración de Martínez. “Yo sentía que me estaba metiendo en un campo que no me correspondía o le quitaba el lugar a alguien que sí vivía del arte por lo que debía tener un agregado social. Pero tenía esa idea en la cabeza y decidí hacer una muestra a beneficio”, señaló.

La primera recaudación fue para el sector oncológico del hospital Notti. “Una experiencia realmente conmovedora, me sensibilizó completamente, fue muy fuerte. Pero, a su vez, me provocó tanta satisfacción ver que esos chicos podían pasar un día diferente a los que vivían a diario que me entusiasmé y me dije que tenía que hacer una por año y ahí surge la idea de hacerla pero con distintas instituciones” expresó Martínez.

Experiencia ArteAyuda

El artista describió las ediciones anteriores del evento que ideó hace seis años y que, en esta ocasión, será completamente diferente porque ahora los artistas pintan para los chicos.

“La idea es brindar una jornada de expresión artística. Lo que hago es llevar un bastidor en blanco, llevo pigmentos para que reciclen, les enseño esa técnica (arte ecológico) y les digo dónde buscar las tintas y cómo hacerlo”, comenzó a relatar el joven. Luego continuó: “Esto lo hago porque la gran problemática que presentan estos lugares es que no tiene recursos económicos para desarrollar actividades artísticas. De esta manera, les enseño a tener materiales sin costo alguno para que no sea un freno”.

Damián invita luego a los chicos a pintar este bastidor con algunas consignas artísticas pero sociales. Estas son pasar por turnos y, una vez que empiezan a trabajar, el objetivo es cubrir el lienzo en su totalidad. Otra premisa es que los pinceles no se mezclan, se intercambian con el color que tiene el compañero. Una de las que el artista consideró más importante es la consigna de no invadir el espacio del compañero aunque este no esté delimitado, una pauta social que, según Martínez, les cuesta mucho desde la realidad que viven.

“Una vez que terminan de trabajar, agarramos el bastidor y lo sacamos al aire libre, luego lo mojo y les desarmo todo su trabajo, lo rompo, con una intención clara. Cuando ellos reaccionan y empiezan a preguntar el por qué, los invito a agarrar el lienzo entre todos y empezar a moverlo y así generar una mancha uniforme con el pigmento. Entonces es como que se une el espacio y trabajo de cada uno, en una sola obra. Deja de ser un trabajo individual para ser uno mancomunado”, manifestó Damián.

Una vez que la obra está terminada, el joven la lleva al taller y le da unos retoques para luego sortearla. Se venden números de rifas para recaudar fondos a través de esa pintura y todo va directamente a la fundación. Además, para asegurar la transparencia del proceso, los números para el cuadro los imprime la institución.

Una vez que tienen el dinero, “la idea es que lo destinen al desarrollo artístico y, en ocasiones, esto no sucede. En la escuela hogar Eva Perón compraron televisores para todas las habitaciones; en Apando armaron una sala de informática y en la Fundación Puentes de Cambio sirvió para pagar el año de todos los psicólogos que van a trabajar al barrio San Martín y que luchan contra la depresión infantil. Si bien lucho por el desarrollo artístico, me pone muy contento realmente que les sirva, aunque yo apunto a cambiar una hora de calle por una hora de dibujo. Me parece bien el destino que se le de al dinero siempre que sea para los chicos”, manifestó.