Una nueva y dura batalla, que durará un mes, iniciaron ayer los uruguayos para elegir al nuevo presidente en una segunda vuelta, después de que ningún candidato obtuviera en los comicios de este domingo la mitad más uno de los votos emitidos. El ex guerrillero y actual senador José Mujica arranca con una amplia ventaja, que lo posiciona mejor respecto de su rival, el ex presidente Luis Alberto Lacalle, del opositor Partido Nacional (PN). De acuerdo con las proyecciones de escrutinio realizadas por las empresas consultoras, la fórmula de izquierda, que integran Mujica y el ex ministro de Economía Danilo Astori, consiguió casi 48 por ciento, contra 29 por ciento del PN y 17 por ciento del Partido Colorado. En la segunda vuelta, el 29 de noviembre, ya no habrá una confrontación de partidos, sino que las leyes electorales establecen que la disputa debe limitarse a las dos fórmulas mayoritarias.
    Mujica-Astori llegarán a esa nueva cita con las urnas con unos 500.000 votos de ventaja, que tendrán que descontar Lacalle y el senador Jorge Larrañaga para tener posibilidades de acceder al Gobierno. Casi entrada la madrugada de este lunes, Mujica pidió “un esfuerzo más” a sus seguidores para completar este proceso, que llevaría a la izquierda a renovar por otros cinco años la administración del país. “La hermosa causa del destino del pueblo uruguayo nos pide un esfuerzo más: treinta días de entrega y militancia, ya no por la bandera frentista, ahora es por la bandera uruguaya”, dijo Mujica ante la multitud, congregada en la explanada de un hotel del casco viejo de Montevideo. “Hay que dar continuidad a lo mucho que sembró este Gobierno, que se acordó de los olvidados, de los pospuestos y que supo hacer andar la economía, pero para distribuir”, agregó.
    El economista Danilo Astori dijo sobre la medianoche de este domingo, ante miles de sus seguidores, que la segunda vuelta del 29 de noviembre “será un plebiscito a resolver, clarísimo, entre dos gestiones: la de los partidos tradicionales y la del Frente Amplio”. Afirmó que “solamente la izquierda tiene un proyecto nacional que no se puede comparar”, porque del otro lado no existe, aunque representa, dijo, “el país gris, sin esperanza, del pasado”. Lacalle envió un mensaje de conciliación y unidad, invitando a sus seguidores a no acentuar las diferencias políticas y a celebrar la fiesta cívica de este domingo. “El país se va a tomar un mes para pensar mejor a quién quiere como capitán del barco. Se inicia hoy (por ayer) la marcha de los 35 días, la marcha de la reconciliación y de la esperanza.
    Hoy empezamos la marcha, que no mira para atrás, porque es marcha es para adelante, hacia donde queremos ir”, exclamó. Para alcanzar el objetivo de recuperar el Gobierno la fórmula Lacalle- Larrañaga contará con el respaldo “incondicional” del candidato presidencial “colorado” Pedro Bordaberry y, desde ayer, también del ex presidente Julio María Sanguinetti, del mismo partido. Lo que los analistas no se animan a aventurar aún es si el apoyo de Bordaberry y Sanguinetti significará una suma total de los votos “colorados” de manera que la oposición junta logre arrimarse significativamente al oficialismo en la segunda vuelta, como para poner en riesgo su victoria. Sanguinetti afirmó que el apoyo de su partido a Lacalle “no es el resultado de negociaciones ni especulaciones” políticas, sino una consecuencia natural: “Lacalle nos da más garantías”, precisó. “No pedimos ni reclamamos nada”, agregó Sanguinetti, satisfecho por la notoria recuperación de su partido, que consolida el proceso renovador iniciado por el dirigente Pedro Bordaberry junto con el ex futbolista Hugo de León, su compañero de fórmula.
    Respecto de la composición del Congreso habrá que esperar los datos oficiales totales, incluyendo los votos observados, para saber si la izquierda tendrá mayoría absoluta en las dos cámaras. Las mismas proyecciones de escrutinio de las empresas encuestadoras indican que en el Senado, de 31 miembros, el Frente Amplio tendrá entre 15 y 16 bancas, el Partido Nacional (PN) nueve y el Partido Colorado (PC) seis. En la Cámara de 99 diputados, el FA perdería dos y quedaría con 50; el PN con 29, el PC llegaría a 18 y el Partido Independiente (PI) obtendría dos escaños.
    Tras la vorágine de la primera vuelta, que volvió a dividir políticamente al país en tres partes, los 2,5 millones de votantes se tomarán apenas unas horas para digerir estos resultados y se lanzarán nuevamente a la arena rumbo al 29 de noviembre. El nuevo presidente deberá asumir el 1 de marzo en sustitución del actual presidente izquierdista Tabaré Vázquez.