Con una gran valentía Yeniffer- nombre falso para proteger su identidad- se convirtió en uno de los testimonios claves para avanzar en la acusación contra los curas Nicolás Corradi (82) y Horacio Corbacho (55) acusados de cometer vejamenes y castigos a los niños hipoacúsicos de la Escuela Próvolo de Luján.

La tarde de este lunes compareció en la Justicia para contar el calvario que vivió en los años más decisivos de su vida, la adolescencia.

Es la primera vez que habla, “nunca conté nada, ni a mi papás porque tenía miedo”.

El año 2005-fecha de la que datan los abusos- lo tiene marcado a fuego, porque desde esa fecha, “Corbacho y Corradi me empezaron a manosear”, reveló en la entrevista a la que accedió El Sol y que se realizó de forma escrita porque ella no puede hablar.

La entrevista fue escrita porque Yeniffer no puede hablar. Le pidió ayuda a una amiga para declarar.

Según se expresó a través del papel “no llegaron a violarla, porque se defendía y los golpeaba para que se alejaran de ella”.

Jeniffer aseguró que la peor parte del horror se la llevaban los niños, “a ellos los violaban y los castigaban, porque no podían defenderse”.

La víctima de los abusos escribió detalles de los hechos a El Sol.

Ahora, cuando el escándalo del Instituto Próvolo tomó estado público, la joven reveló lo que sucedía puertas adentro de la escuela manejada por curas.

Ya están presos y no creo que salgan nunca más”, deseó la joven.

Los sacerdotes están siendo sometidos a pericias psicológicas en el Cuerpo Médico Forense, al igual que muchas de las víctimas.