Tailandia inauguró su primera clínica gubernamental que fusiona la medicina tradicional y el cannabis medicinal, un año después de su legalización.
Cientos de personas hicieron fila esperando que se abriera el establecimiento para recibir gratuitamente frascos de 5 a 10 mg de aceite de cannabis, utilizado para mitigar los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer, síntomas de esclerosis múltiple, insomnio, migrañas y otros males.
Tailandia legalizó a finales de 2018 el cultivo de cannabis con fines médicos, convirtiéndose en el primer país asiático en lanzarse a un mercado dominado hasta la fecha por Canadá, Australia e Israel.
Sin embargo, como en muchos otros lugares, generó controversia y mucho debate, sobre todo porque el proyecto no incluye el uso para recreación.
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