A Brian Leonel Sosa (18) lo mataron de un tiro en la cabeza mientras conducía la moto de la pareja de su abuela y lo acompañaba un primo. El hecho ocurrió la noche del domingo 21 de junio en la zona de la triple frontera entre las comunas de Godoy Cruz, Maipú y Luján, cuando las elecciones eran la noticia “más importante” para los mendocinos. Hoy a las 9, la familia y los amigos marcharán exigiendo el pronto esclarecimiento del caso. Se juntarán en la Casa de Gobierno e irán a los Tribunales. Sostienen que pasan los días y las respuestas policiales y judiciales no aparecen.

La bala que terminó con la vida de Brian no era para él. Era un chico que estaba a seis días de empezar el preuniversitario de la carrera de Ingeniería en Petróleo en la UNCuyo, y a dos de ingresar al sector de reposición de fiambrería del Atomo de Carrodilla. Había terminado sus estudios en el Colegio San Vicente Ferrer de Godoy Cruz, sin materias pendientes, y le encantaba jugar al fútbol. No tenía enemigos en las barriadas y era muy querido entre los suyos. Carla Castillo, su mamá, habló por primera vez y dijo que no parará hasta que los autores del hecho terminen tras las rejas. 

“No tengo miedo. No me importan las bandas, los tiros que hay en estos barrios. Voy a hacer todo para que los autores estén presos. No voy a parar, no me importa mi vida, ya perdí a mi hijo. Voy a ir a la marcha a pedir justicia”, señaló ayer en su casa del barrio Unión y Fuerza, rodeada por sus afectos. 

La causa por el homicidio está a cargo del fiscal Fabricio Sidoti. No tiene detenidos pero sí los nombres y alias de los sospechosos. No se han efectuado detenciones porque los testigos no aparecen en la fiscalía. Se necesitan declarantes, ya que las pruebas físicas escasean. Debido a esto, se trata de un caso de difícil resolución. 

Puro dolor

Brian era el único hijo de Carla y estaba siempre a su lado. El padre vive y trabaja en Buenos Aires. Ayer a las 16.30, la mujer de 37 años regresó en remís del parque Jardín Mendoza, el cementerio donde descansan los restos del chico, y contó cómo fue la trágica noche. “Yo estaba enferma, en cama. Él vino a verme y me preguntó cómo me sentía. Estaba con su primo en la moto e iban a ir a su casa, cerca del Pablo Sexto”.

Brian conducía la moto Maverick 200cc e iba con su primo, el testigo clave que tiene hoy la causa, por la calle Malvinas Argentinas, que divide los barrios Unión y Fuerza y San Antonio, cuando una bala le frenó el paso. “Yo escuché al menos ocho detonaciones, porque lo mataron a la vuelta de la casa. El primo vino y me dijo que le habían disparado a Brian. Cuando llegué, sabía que estaba sin vida, con un balazo en la cabeza”, describió la mujer. 

Familiares cargaron a la víctima y la llevaron hasta el Hospital Paroissien de Maipú, pero llegó sin vida. En la escena no se encontraron vainas servidas y tampoco dieron con el plomo que ultimó al joven estudiante. 

Para los detectives, las balas eran para el primo, que iba en la parte trasera del vehículo menor. Pero este joven poco aportó en la causa cuando declaró. Dijo ante el fiscal que les dispararon al menos tres sujetos que tenían el rostro tapado con capuchas que abandonaron la escena a toda velocidad. 

Más allá de este testigo, hay algunos habitantes de la zona que vieron cómo fue el hecho –había gente en la calle y el sector está bien iluminado– pero no han declarado por temor. En la fiscalía esperan que lo hagan como testigos reservados. Mientras, el Ministerio de Seguridad ofreció la semana pasada 20 mil pesos de recompensa para aquellas personas que aporten datos que ayuden a la detención de los autores y al esclarecimiento del ataque.

“Yo les pido a la policía y a la Justicia que trabajen en el caso y atrapen a los autores. El asesino de mi hijo está, lo que falta es que lo detengan”, sostuvo Castillo. 

La investigación tuvo tres apresados a las pocas horas del hecho, pero luego se comprobó que nada tenían que ver con el asesinato. En un principio se bajaron varias hipótesis, como ajuste de cuentas o guerra de bandas, pero nada más alejado de la realidad. “A Brian lo mataron sin sentido. Era un chico lleno de vida, con futuro”, sentenció su madre. 

Identificados, pero libres

En los barrios de la Triple Frontera –la integran complejos como La Gloria, Eucaliptus, Nueva Generación, Unión y Fuerza, San Antonio, Huarpes III, Los Alerces I, II y III y Soberanía Argentina– existen bandas dedicadas a la venta de drogas y alquiler de armas. Y los autores del crimen de Sosa responden a una de esas bandas.

Los vecinos saben quiénes fueron los que dispararon contra el chico de 18 años. El autor es conocido como el Pollo. También estaba en ese grupo el Chileno, su hermano Álvaro y otro sujeto. Comentan que las balas eran para el primo de Sosa, que circulaba como acompañante de la moto. Todos están identificados pero libres. En la Justicia esperan que se presenten testigos para que confirmen las sospechas, porque, de otra forma, es probable que el asesinato quede impune por falta de pruebas físicas.