El anuncio brasileño respecto a la construcción de un muro de 1,5 kilómetros de largo en un tramo de la frontera con Paraguay, con el objeto de evitar el contrabando –que había sido desmentido oficialmente de canciller a canciller–, originó gran inquietud y tensión en la capital paraguaya.
El diario asunceño Últimas Noticias publica ayer un escueto comunicado difundido por la Receita Federal –la agencia federal impositiva brasileña– que confirma que la construcción del muro debe comenzar este mes, perpendicular al río Paraná, sobre el denominado Puente de la Amistad.
Según la oficina de impuestos de Brasil, el sentido del muro es “contrario a lo que ha sido señalado en medios de comunicación” acerca de que dividirá a ambos países, sino que la idea es “facilitar las relaciones comerciales legítimas y el flujo turístico”. Lo cierto es que la medida trajo un sinfín de cuestionamientos de parte de Paraguay.