El seleccionado argentino sacó otro aprobado tras el categórico triunfo del domingo ante Perú, que le permitió pasar a las semifinales de la Copa América, y a la luz de la ausencia de Hernán Crespo y la pálida imagen que dejó su remplazante natural, Diego Milito, parece que llegó la hora de Carlos Tevez. Carlitos, actual jugador de West Ham inglés con un pie en Manchester United (ver página 28), ingresó al comienzo del segundo tiempo por el delantero de Zaragoza y se sumó al concierto de Lionel Messi y Juan Román Riquelme.
Tras la ajustada victoria ante el conjunto de Gerardo Martino, se tiró sobre el tapete si el actual volante de Real Madrid, Fernando Gago, podría jugar al lado del “goleador” Javier Mascherano, habida cuenta de que Esteban Cambiasso no había sido el mismo de siempre en esta Copa.
Tevez señaló que estaba siempre listo para entrar y rendir en el equipo. Cuando le preguntaron qué sentía al haber jugado bien y ser una solución desde el banco, a la vez que si sentía alguna presión por la responsabilidad, con la misma picardía que saca a relucir en el campo de juego soltó un “ahora, la presión la tiene Basile” y El Coco estalló en una carcajada. Una vez descartado Hernán Crespo por el desgarro que sufrió en el segundo encuentro ante Colombia, Basile fue claro cuando afirmó que el remplazante natural era Diego Milito, aunque ahora el panorama es otro y en eso Carlos Tevez tiene mucho que ver. Luego de las primeras prácticas, el entrenador argentino confirmó a Crespo y Messi como atacantes pero, lejos de caer en un bajón anímico, el guerrero Tevez agachó la cabeza y trabajó con mucha entrega y responsabilidad.
Así fue construyendo su espacio Tevez, metiéndole con todo en cada práctica y cuando le tocó ingresar, demostrando por qué Basile lo convocó. Y ahora está tocando bocina como el tren bala para ofrendarles su talento y entrega a los argentinos que en Venezuela siguen sus pasos. La misión del ex jugador de Boca era muy clara: jugar bien abierto por la izquierda y sacar a los centrales de Perú para que se abra la defensa y puedan progresar los ataques argentinos. Y cumplió Tevez con lo que le pidió el técnico Alfio Basile, porque fue una pesadilla para los sufridos defensores del conjunto de Julio César Uribe y abrió un surco por la izquierda con sus gambetas a fuerza de velocidad y coraje.
Después se planteó el interrogante, que se caía de maduro, el que no es otro que si Carlos Tevez no debe ser titular. Tras la ajustada victoria ante el conjunto de Gerardo Martino, se tiró sobre el tapete si el actual volante de Real Madrid, Fernando Gago, podría jugar al lado del “goleador” Javier Mascherano, habida cuenta de que Esteban Cambiasso no había sido el mismo de siempre en esta Copa. Tevez señaló que estaba siempre listo para entrar y rendir en el equipo. Cuando le preguntaron qué sentía al haber jugado bien y ser una solución desde el banco, a la vez que si sentía alguna presión por la responsabilidad, con la misma picardía que saca a relucir en el campo de juego soltó un “ahora, la presión la tiene Basile” y El Coco estalló en una carcajada.
Una vez descartado Hernán Crespo por el desgarro que sufrió en el segundo encuentro ante Colombia, Basile fue claro cuando afirmó que el remplazante natural era Diego Milito, aunque ahora el panorama es otro y en eso Carlos Tevez tiene mucho que ver. Luego de las primeras prácticas, el entrenador argentino confirmó a Crespo y Messi como atacantes pero, lejos de caer en un bajón anímico, el guerrero Tevez agachó la cabeza y trabajó con mucha entrega y responsabilidad. Así fue construyendo su espacio Tevez, metiéndole con todo en cada práctica y cuando le tocó ingresar, demostrando por qué Basile lo convocó. Y ahora está tocando bocina como el tren bala para ofrendarles su talento y entrega a los argentinos que en Venezuela siguen sus pasos.