A los pozos en distintas calles, ahora, se suma que uno debe tener cuidado como peatón. Es que, caminar por las veredas también representa una aventura, porque, en algunos paseos como en la Alameda, hay baldosas rotas o el suelo –a pesar de la última renovación de hace unos años– ya está desparejo, sobre todo, a la hora de transitar con un cochecito de bebé. Si bien la Municipalidad reemplazó las veredas en el microcentro y la Arístides Villanueva, hay zonas menos turísticas donde convendría realizar un arreglo. Incluso, sucede lo mismo en otras donde los visitantes son asiduos, como en Sarmiento casi Belgrano.
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