Los residuos sólidos municipales están compuestos por muchos elementos derivados de nuestros hábitos de vida y consumo.

    Cartón, papel, plásticos, vidrios, metales y materia orgánica son algunos de los principales componentes. Una práctica no muy afortunada es quemarlos a cielo abierto. La razón reside en la reducción significativa de su volumen. En consecuencia, se necesita un menor espacio para la disposición final.

    Pero el producto de la incineración es el humo que, por definición, está formado por partículas sólidas suspendidas en un gas, el aire. Si este no se desplaza por falta de viento, las partículas quedarán por mucho tiempo en suspensión sobre el lugar y probablemente alcanzarán lentamente zonas pobladas de los alrededores del basural.

    La composición de estas partículas es principalmente hollín, que es carbón finamente dividido proveniente, en su mayor parte, de los plásticos que contienen un alto porcentaje de carbono, ya que todos ellos son derivados de hidrocarburos (petróleo). Por otro lado, durante la quema de la basura, algunos metales como el cadmio, cuyas fuentes principales son las pilas recargables, y algunos pigmentos amarillos que dan color a los envases de plásticos se volatilizan.

    El cadmio se condensa en forma metálica sobre la superficie del carbón, que forma parte del humo, quedando este metal adherido a estas partículas.

    Los pobladores expuestos periódicamente a la inhalación del humo proveniente de los basurales incorporan estas partículas a través de las vías respiratorias y si contienen altos porcentajes de cadmio, además de los problemas respiratorios, pueden tener mayores probabilidades de padecer afecciones renales, ya que este metal comienza a acumularse en el riñón y el hígado.

    Junto al cadmio, el plomo, el mercurio y el arsénico completan los llamados metales pesados. Este último, a pesar de no ser un metal por sus características químicas, se lo incluye dentro de este grupo. Si bien las formas de ingreso de estos productos al organismo, como así también las enfermedades que causan, son diferentes, resultan igualmente tóxicas por sus efectos acumulativos que tienen.

    Lo peor de todo es que también se encuentran en aquellos basurales donde no se realizan buenos controles de los residuos que se entierran. Además, estos deben poseer estaciones de monitoreo como una forma de asegurarse de que no exista contaminación en suelo, agua y aire.