Parecía que la policía había logrado controlar los grandes golpes bajo la modalidad de salideras bancarias, porque hacía tiempo que no se perpetraba una con cifra abultada. Sin embargo, ayer un grupo de delincuentes volvió a dejar al descubierto que se trata de los hechos delictivos más difíciles de prevenir, cuando despojaron a un empresario de 50.000 pesos en efectivo que minutos antes había sacado de un banco de Maipú.

    El arrebato sucedió en las inmediaciones de la plaza departamental, en el momento en que la víctima había descendido de su coche para “realizar una compra de comida en un comercio de la zona”, como informaron las fuentes. Entonces, los ladrones rompieron el vidrio del vehículo y arrebataron el maletín con el efectivo. Según trascendió, el monto pertenecía a le empresa de la cual el damnificado sería uno de los propietarios y estaba destinada al pago de todos los sueldos. Una vez ocurrido el hecho, un gran hermetismo invadió toda la Oficina Fiscal Nº10 de Maipú. Algunas fuentes involucradas en el caso aseguraron que “no se podían dar detalles del caso, porque se había decretado el secreto de sumario”.

    Sin embargo, fuentes policiales aseguraron que “el caso era sumamente confuso, por algunas características casi insólitas del robo”. Por la tarde, tras un operativo de búsqueda, cuatro chilenos fueron detenidos y acusados por la salidera. De acuerdo con la poca información que trascendió, la víctima es un empresario que sería dueño de un comercio de la zona y quien fue identificado por una fuente policial como Enrique Domingo (55). El hombre llegó cerca de las 13.30 a la sucursal del banco Credicoop de calle Pescara 323, en Maipú, a escasos metros de la plaza departamental. Después de algunos minutos, el hombre realizó una importante transacción en la entidad y extrajo unos 50.000 pesos en efectivo. Todos los billetes fueron colocados en un maletín que trasladó sin ningún tipo de alteración.

     Cerca del banco estaba estacionada su camioneta Land Rover, con la que viajó por algunas cuadras. En la plaza departamental, volvió a estacionarse y descendió del rodado con la intención de “comprar algo para comer”, según manifestaron algunos policías que participaron del procedimiento. En ese pequeño lapso, un grupo de malvivientes llegó hasta el coche y, tras destrozar una de las ventanillas, arrebató el maletín que había quedado en el asiento del acompañante. “Lo más posible es que hayan estado siguiéndolo de cerca.

    Cuando observaron que descendió sin el maletín, aprovecharon para perpetrar el robo”, lanzó una alta fuente policial del departamento. Por su parte, en horas del mediodía, uno de los sabuesos aseguró: “Estamos comenzando con todas las medidas. Primero tenemos que terminar de tomar todas las testimoniales”. Según contaron las fuentes, el empresario volvió del quiosco y advirtió que la alarma del vehículo sonaba. Asimismo, confirmó que habían arrebatado su maletín. Luego, apareció una persona que aseguró haber visto a un sujeto joven que destrozó el vidrio, para salir corriendo con un bolso. Desesperada, la víctima sólo atinó a trasladarse hasta la Comisaría Décima, donde funciona la Oficina Fiscal Nº10. Allí, explicó lo que había sucedido, y algunos policías comenzaron a realizar el procedimiento correspondiente.

     Mientras tanto, efectivos de Investigaciones buscaron a los sospechosos. Así fue que se llegó a la pista de los hoteles céntricos (ver aparte) que terminó con la captura de cuatro acusados. En su poder se halló dinero pero no trascendió el monto. El caso fue denunciado cerca de las 15 en la dependencia judicial antes mencionada y quedó a cargo del ayudante fiscal Fabricio Sidoti, instruida también por su colega Jorge Vera. Desde esa seccional, algunas fuentes aseguraron que “no estaban autorizados a dar detalles”, por lo que pocos fueron los datos que salieron a la luz.