El golpe se perpetró en Paso de los Andes 950 de Ciudad, entre las 19 y las 20 del martes, lapso en el que no había nadie custodiando el lugar, dado que los trabajadores ya se habían retirado y el guardia de seguridad privada de la cuadra todavía no llegaba a su puesto.
HALLAZGO.
Quien se desayunó con la ingrata sorpresa fue uno de los obreros de la construcción, quien llegó ayer a primera hora de la mañana y se disponía a continuar con los trabajos. Sin embargo, al ingresar al predio, encontró que las cosas no estaban como las había dejado la tarde anterior. Bastó con una inspección a simple vista para darse cuenta también del faltante de las herramientas, los elementos de conexión y las máquinas.
De inmediato, el hombre se dirigió a la Oficina Fiscal Nº2, situada en el barrio Cano, para radicar la denuncia sobre la sustracción, indicando que si bien habían tomado conocimiento ayer a la mañana, casi con seguridad el robo había tenido lugar en el lapso mencionado, aprovechando que no hubiese vigilancia, tanto en la obra como en la cuadra. Ni los vecinos, ni los transeúntes detectaron movimientos raros o algo fuera de lo común.
Según indicaron desde la dependencia judicial que intervino en el episodio, la deducción de que actuó más de un ladrón tiene que ver con el peso de los elementos que se llevaron, ya que la bomba pesa más de cuatro kilogramos