Un grupo de delincuentes fuertemente armado protagonizó ayer a la mañana un audaz asalto en una sede de la Municipalidad de Godoy Cruz, de la cual se llevaron cerca de 80.000 pesos y tres armas de fuego, además de pertenencias de los empleados que se encontraban en el lugar, quienes fueron tomados como rehenes. El lugar del robo está ubicado justo al lado del edificio comunal, sobre calle Perito Moreno, frente a la plaza departamental y a sólo una cuadra de la Comisaría Séptima. Allí funciona el Centro de Atención Unificada (CAU), en donde los ciudadanos godoicruceños pueden pagar sus impuestos y realizar todo tipo de trámites relacionados con el municipio. Además, en el lugar se encuentra la dirección de Rentas y el tesoro municipal.

      QUINCE MINUTOS DE TENSIÓN. Según testigos del hecho, quince minutos después de las 7 de la mañana, cuando aún faltaba casi una hora para que la delegación abriera sus puertas al público, llegaron al lugar seis hombres vistiendo uniformes similares a los que utilizan los empleados municipales. Una vez adentro del inmueble, los delincuentes mostraron sus verdaderas intenciones y extrajeron pistolas, con las que amenazaron a los entre 10 y 12 empleados que a esa hora se encontraban dispuestos a empezar sus tareas laborales.

       A todos ellos los encerraron en una sala del fondo de la propiedad, donde funciona el tesoro y, por lo tanto, también está la caja fuerte. De allí se robaron todo el dinero que había, que rondaría los 80.000 pesos, aunque esta cifra no pudo ser confirmada por las autoridades judiciales que se hicieron cargo de la investigación del ilícito. En el mismo momento en que los ladrones se encontraban trabajando dentro del CAU, llegó al lugar un camión de caudales que iba a retirar plata para repartir en las distintas delegaciones municipales y, cuando uno de los custodios se bajó, también fue interceptado por los asaltantes y tomado como rehén. Una vez cumplida con su tarea, tras quince minutos de tensión dentro del edificio, la gavilla se subió a un Pointer blanco, el mismo en el que habían llegado, y huyeron de la zona.

       El automóvil fue abandonado a cuatro cuadras del lugar, en la esquina de Lencinas y Mitre, a pocos metros del estadio de Godoy Cruz Antonio Tomba. Mientras tanto, el conductor del blindado, quien había visto todo, dio aviso a la Policía, que llegó a la oficina cuando el hecho ya se había consumado. Entre el botín, los malvivientes pudieron incluir las pistolas de un policía que custodiaba el lugar y las de los dos guardias del camión. Incluso, se sospechó con que una de las armas sustraídas haya sido una ametralladora PA3, ya que este es el tipo de arma que utilizan los vigiladores de caudales.

       Una versión que circuló entre los empleados que habían sido rehenes indicaba que antes de retirarse de la oficina uno de los delincuentes le habría dado un beso a una de las víctimas. Este dato tampoco pudo ser confirmado por los pesquisas, quienes aseguraron que están trabajando todas las líneas de investigación.