Cansado de la suciedad existente en las playas jamaiquinas, un joven residente decidió ofrecer cigarrillos de marihuana a los turistas que recojan basura, algo que según se llama “intercambio de regalos”.

Para su ecológico plan, Marian Erbach se armó con 50 porros de 56 gramos de cannabis cada uno. Con ello pretende no violar la ley de Jamaica, que establece que 56 gramos es lo máximo que una persona puede cargar sin ser arrestado.

Apenas 30 minutos después de colocar el anuncio en la puerta de su bar, apareció el primer interesado, y la única condición era que el balde debía ser llenado con basura de las playas. 

Cansado de la suciedad existente en las playas jamaiquinas, un joven residente decidió ofrecer cigarrillos de marihuana a los turistas que recojan basura, algo que según se llama “intercambio de regalos”.

Para su ecológico plan, Marian Erbach se armó con 50 porros de 56 gramos de cannabis cada uno. Con ello pretende no violar la ley de Jamaica, que establece que 56 gramos es lo máximo que una persona puede cargar sin ser arrestado.

Apenas 30 minutos después de colocar el anuncio en la puerta de su bar, apareció el primer interesado, y la única condición era que el balde debía ser llenado con basura de las playas.