Es una constante que, cada vez que una empresa de servicios públicos comete un error, la reparación de ese daño se convierta en un dolor de cabeza para el usuario. Es  el caso de las mediciones estimadas que, por ejemplo, realiza Ecogas en algunas propiedades en las que no puede acceder al medidor o porque no tiene personal suficiente. Eso implica que, en caso de una imprecisión, sea el cliente el que deba acercarse a una oficina comercial a reclamar y allí esperar durante días una respuesta.Mientras, tiene la obligación de pagar la factura,más allá de que el monto sea incorrecto. Esta indefensión se repite en todos los escenarios. Y a pesar de la  existencia de organismos que defienden los derechos de los consumidores, lo concreto es que las empresas nunca se hacen cargo del costo de realizar esos trámites.  Además, por lo general, el reclamo llega sólo hasta ese punto, porque nadie quiere perder ni tiempo ni dinero en una causa en la justicia Civil. Y, de ese modo, siempre  ganan los poderosos.