El Gobierno les dio ayer un empujoncito hacia la puerta de salida a los funcionarios del Poder Ejecutivo que comulgan con Roberto Iglesias. A pesar del golpe que le propinó Iglesias a través de la intervención de la UCR mendocina y la amenaza de expulsión, Julio Cobos no va a echar al séquito de iglesistas que permanecen en cargos relevantes, salvo que cometan “errores de gestión”. Sin embargo, la intención oficial es que los aliados del ex gobernador se vayan solos, por una cuestión de conciencia.
Este fue el mensaje del gobernador y del ministro de Gobierno, Sergio Marinelli, señalado como uno de los mentores de la “caza de brujas” contra el iglesismo, debido a la expulsión de algunas figuras de segunda línea de este sector. Cobos dijo que aquellos que se sientan traicionados o indignos de participar en su gobierno se tienen que ir. “Estas personas deberán asumir el compromiso de gestión o dar un paso al costado”, remarcó, minutos antes de partir hacia Capital Federal. Mientras tanto, Marinelli sostuvo que “hay funcionarios que, por su gran identificación, están avalando todo lo que se dice y hace en contra del gobernador. Está más en ellos y en su dignidad que sigan en el Gobierno”.
Esto lo expresó con la mente puesta en la poblada lista de iglesistas que están diseminados por los ministerios. La administración Cobos todavía conserva a varios iglesistas en el seno del Ejecutivo. Entre ellos, se destaca el subsecretario de Servicios Públicos, Claudio Romano. Por otro lado,muchos funcionarios del Ministerio de Seguridad, como Horacio Migliozzi y Raúl Levrino, también están o estuvieron identificados con Iglesias.
La red se extiende al Ministerio de Turismo y Cultura, donde la ministra Mariana Juri mantiene, en condición de asesor top, al ex secretario privado de Iglesias, Raúl Ponce. Y la propia Juri ha dado señales de no haber roto con el ex mandatario, situación que quedó probada cuando faltó a la reunión del 13 de octubre en Guaymallén, primer gran acto del cobismo. En un silencioso puesto aparece también la iglesista ex ministra de Desarrollo Social Ana María Gotusso, quien es asesora de la gobernación. En cambio, en esa lista ya no estaría el ministro de Hacienda, Alejandro Gallego, quien se habría “convertido”.
GOLPE. El golpe de la intervención se hizo sentir en la Casa de Gobierno, aunque Cobos tuvo un aliciente: lo llamaron varios gobernadores e intendentes radicales K para darle apoyo. Además, casi todos los dirigentes locales del cobismo estuvieron en su despacho para afinar la estrategia política. Sin embargo, hay una decisión tomada desde el martes: el congreso partidario del domingo se va a celebrar, aunque no sea legal (ver aparte).
Mientras un trío de funcionarios armaba las apelaciones contra la intervención (Juan Carlos Jaliff y los subsecretarios Gustavo Castiñeira de Dios y Jorge Albarracín),Marinelli, Alfredo Cornejo y el propio gobernador salieron a atacar a Iglesias y a José Genoud por las radios. “Esto (la intervención) no es más que una excusa de dos dirigentes que eran capangas del partido”, bramó Cornejo. “Tienen miedo de perder las internas. Le tenemos que preguntar a él (por Iglesias) quién va a ser el candidato a gobernador”, ironizó, en su turno, Cobos.