Están en todas las escuelas y generan problemas por el gran porcentaje de ausentismo, chicos con horas libres y pérdidas cuantiosas para el Estado. El problema de los docentes excedidos es de vieja data y no se encuentra solución. Sólo 10 por ciento de los profesores del nivel medio que fueron intimados a regularizar su situación por exceder la cantidad de horas cátedra permitidas, según la reglamentación del Gobierno escolar, presentó la renuncia y regularizó su situación. Además, la Dirección de Recursos Humanos deberá resolver en los próximos días una gran cantidad de excesos.

       Los memorándum partirán hacia los domicilios particulares de los docentes pero, teniendo en cuenta que los plazos para resolver las irregularidades se extienden por más de seis meses, los notificados tienen el año asegurado.

 MEMORÁNDUM.

         La Dirección General de Escuelas detectó las irregularidades en el nivel medio al momento de comenzar el ciclo lectivo y envió 101 memorándum a esos profesores, advirtiéndoles que habían sobrepasado las 36 horas permitidas por el organismo. A más de tres meses, sólo 11 personas blanquearon su situación y presentaron la renuncia. El resto, presentó un recurso de amparo o simplemente obvió el emplazamiento, y continuó dictando clases.

      El problema se repite todos los años y desde el Gobierno no encuentran la solución. Además, los excedidos han entendido que el camino de la baja es largo, por lo que aún siendo descubiertos podrán cobrar más de seis meses, antes de ser dados de baja. De los 101 docentes que recibieron la intimación, ninguno presentó nota de descargo o declaración jurada de cargos negando la situación, y sólo 11 presentaron su renuncia.

BUROCRACIA ESTATAL.

       Los pasos administrativos que debe cumplir la DGE para llegar a la baja son lentos y burocráticos. De los expedientes iniciados en marzo, sólo uno se envió a Asesoría Letrada, otros dos a Liquidaciones, para que verifiquen los haberes, seis se archivaron y uno recibió la notificación de rechazo al recurso presentado. Roberto Videla, director de Recursos Humanos de la DGE, explicó que el proceso tiene siete etapas, que van desde la notificación hasta la baja –lo que dura unos seis meses aproximadamente–, y adelantó que la DGE prepara una reestructuración para agilizar los tiempos.

      Videla remarcó que al llegar a la última etapa esa dirección elige las horas que significan una menor remuneración para el docente, mientras que si el profesor se presenta de manera espontánea ante la DGE y reconoce el exceso, puede elegir las horas a las que dará de baja, manteniendo aquellas que más le convienen. El problema de los excedidos es de vieja data, ya en junio del 2005 la DGE debió intimar a 300 docentes y, hasta diciembre del año pasado, sólo 90 se presentaron ante el organismo oficial para regularizar su situación.