Hoy se reúnen miembros del Sindicato de Celadores con el subdirector de Recursos Humanos de la Dirección General de Escuela, Rubén Pellegrina, en el marco del conflicto generado a partir del anuncio del Gobierno de introducir seguridad privada en las escuelas, hecho que ha motivado el temor de este gremio a que algunos compañeros pierdan sus puestos de trabajo. Los celadores serenos, alrededor de 1.500 en toda la provincia, son los que más preocupados se han mostrado debido que ellos cuidan sus respectivos establecimientos durante las noches, rol que pasarían a cumplir los vigiladores privados.

CÓNCLAVE. Es producto de esta situación que el dirigente gremial Miguel Sosa hoy mantendrá una reunión para escuchar la versión de la DGE respecto a la suerte que correrán sus representados. En caso de no quedar conformes con los resultados del encuentro con Pellegrina, aguardarán la reunión que mantendrán esta semana con el ministro de Gobierno, Sergio Marinelli, que será determinante, ya que desde el gremio han amenazado con paro, movilización y la instalación de carpas de protesta frente a la Casa de Gobierno y la Legislatura.

    Sosa pretende una respuesta rápida, que se garantice el lugar de trabajo de los celadores serenos y hasta proponen desarrollar una labor conjunta con los vigiladores. En cuanto a las condiciones de trabajo de los celadores serenos, Sosa la calificó de crítica y contó cómo algunos compañeros hacen su tarea sin las herramientas mínimas, ni acceso a un teléfono para poder llamar a la Policía en caso de emergencia.

    “Estamos luchando para que les den la indumentaria y el material correspondientes. Hay serenos que han sido agredidos por patotas, a otros los cascotearon y tenemos un sereno en Las Heras al que le pegaron un tiro”, detalló el dirigente gremial. El salario inicial de un celador sereno es de 630 pesos con un básico 60,93 pesos, por lo que desde el sindicato están peleando por un adicional.