Leí vuestro artículo sobre celiaquía. Coincido en casi todos los puntos, en el que discrepo es en el que hablan de los precios de los productos y los controles de calidad de los mismos. Hay varias agrupaciones que tratan el tema, así como profesionales que buscan concientizar al paciente. Todos hablamos el mismo lenguaje pero no el mismo idioma.

    Respecto de los precios de los productos, son tan caros porque están gravados con el impuesto al lujo por sólo decir alimentos o insumo para dieta, ya que consideran que es un capricho del que lo come y no algo esencial. Hay varios síndromes de mal absorción como la celiaquía que tienen el mismo problema con los precios y, en forma especial, si se combinan dos o más en una misma persona, agravando la problemática si es un niño.

    Respecto de la falta de preparación de los médicos, es histórica, y no por mala intención, sino porque en las facultades de medicina no ponen mucho hincapié en el tema. Esta enfermedad está englobada dentro de las del intestino, asociada a otras causas o de origen tropical, para qué enfatizar sobre la misma si no estamos en el trópico y en la parte del país que está en el trópico la gente se enferma de cualquier cosa menos de celiaquía, ya que su régimen de comidas es a base de otros productos, distintos a los cereales tradicionales o de origen extra americano. Los pueblos que mantienen su régimen de comida precolombino, no tiene tantos problemas con la enfermedad.

    Ya que casi todos estamos de acuerdo en los valores de los alimentos, tendríamos que procurar que los impuestos les sean retirados a los mismos, está bien la Ley de Protección y/o Apoyo al Celíaco, pero si conseguimos reducir los costos, muchos negocios tendrán los productos. También sería bueno tener un laboratorio de los alimentos en la provincia para analizar los productos del Nuevo Cuyo, que los hay muy buenos, pero hay que hacer la selección de acierto y error, lo que implica que la persona se enferme.

    Así como que los fabricantes o procesadores de esos alimentos pongan todos los ingredientes por ínfima cantidad que lleven. Dado que uno de los ingredientes puede ser no tolerado por la persona, como pueden ser los saborizantes, colorantes o resaltadores del sabor. Por ejemplo, en mi familia hay quien no tolera el gluten y la leche en todas y cada una de las partes, los quesos azules o verdes o los colorantes.