La decisión del Gobierno local, con la atenta mirada de los sindicatos y la expectativa de la Nación de avanzar en el desarrollo petrolero de la región en su conjunto, no  sólo Vaca Muerta, es una buena señal y un síntoma positivo, siempre y cuando se dispongan reglas claras a las empresas que quieran invertir en tierra cuyana.
La promesa de la baja de regalías para atraer nuevos interesados debe ir acompañada de férreas exigencias y controles, que permitan transitar un camino justo y de  beneficio real para las arcas de la Provincia. 
En ese contexto, donde el compromiso oficial supone demandar a las compañías mejores condiciones laborales en pos de “la eficiencia y la competitividad”, toma vital importancia el rol que jugarán los sindicatos, que aseguran que velarán por la “paz social” a la hora de los reclamos. En este escenario, resta esperar que el trayecto  por recorrer signifique un impacto que beneficie a todos.