Un estudio realizado por el Acuario de la bahía de Monterey (EE.UU.) e instituciones asociadas refuta la idea de que el gran tiburón blanco es el depredador más temible del océano y sostiene que huye cuando se presentan orcas en la zona en la que está cazando, informa el portal EurekAlert.

Según precisó el investigador principal Salvador Jorgensen, el equipo descubrió que “cuando se enfrentan a las orcas, los tiburones blancos dejan inmediatamente su territorio de caza preferido y no regresan hasta después de un año, incluso si las orcas tan solo están transitando por allí”.

En su trabajo, los especialistas documentaron cuatro encuentros entre estas especies cerca de Los Farallones, un grupo de islas situado frente a las costas de San Francisco. Los científicos analizaron sus interacciones utilizando datos procedentes de 165 tiburones blancos marcados entre 2006 y 2013 y compilaron diversos estudios sobre estos dos animales y sobre elefantes marinos en el área.  

Como resultado, indicó el investigador Jim Tietz, los científicos lograron “mostrar de manera concluyente cómo los tiburones blancos dejan el área cuando aparecen las orcas”. En todos los casos analizados, los escualos huyeron de las aguas de estas islas cuando llegaban los cetáceos y no volvieron al lugar hasta la siguiente temporada.

Asimismo, el equipo descubrió que los elefantes marinos se benefician indirectamente de esta situación, ya que cuando los tiburones desaparecen, son cazados con mucha menos frecuencia.

El estudio no saca conclusiones acerca de si las orcas consideran a los tiburones blancos como una presa o si simplemente compiten con ellos por la comida. La importancia del estudio, según Jorgensen, es que muestra que “las cadenas alimentarias no siempre son lineales”.

“Las llamadas interacciones laterales entre los principales depredadores son bastante conocidas en tierra, pero son mucho más difíciles de documentar en el océano”, concluyó.