Son horas decisivas en la investigación por el crimen de Lucas Ezequiel Miranda, el joven de 29 años que fue asesinado a puñaladas el domingo por la madrugada a la salida de un boliche de Rivadavia. 

Los detectives judiciales y policiales del caso aguardan por el análisis de un rastro genético que fue hallado en la escena y que podría transformarse en la clave para identificar al autor del hecho de sangre. 

La esperanza está puesta en que esa muestra de match positivo al ser procesada con la base de datos del Registro Provincial de Huellas Genéticas. Caso contrario, podría servir para ser cotejada con el ADN de algún posible sospechoso. 

Además, aguardan por los resultados de peritaje a las imágenes captadas por diversas cámaras de seguridad situadas en el lugar del ataque y en las inmediaciones. Es que la pelea que desembocó en la muerte de Miranda ocurrió en un punto neurálgico del departamento, ya que a unos 100 metros están situados la sede del Municipio y la Comisaría 13ª.

Por ese motivo, cámaras del Centro Estratégico de Operaciones (CEO), de la comuna y hasta del propio local bailable. Incluso, uno de los aparatos captó con detalles el momento de la agresión, aunque todo dependerá de la nitidez de las imágenes y el posterior trabajo de campo de los pesquisas para individualizar al matador. 

En las últimas horas, declaró uno de los amigos de Miranda que participó en la pelea y resultó ileso. El joven no pudo aportar mayores detalles sobre el móvil de la riña, que se inició en los baños de La Guapa Disco Pub. 

El testigo también le explicó al fiscal de Rivadavia-Junín Carlos Giuliani, quien lidera la instrucción, que no conocía al agresor con anterioridad, de acuerdo con fuentes policiales. 

Más allá de eso, esperan que la otra víctima del ataque, identificada como Matías Morales (31), se encuentra en condiciones de ser entrevistada por los funcionarios judiciales. 

Hasta la noche del martes, continuaba recuperándose en la sala de Terapia Intensiva Hospital Perrupato, a donde quedó internado a raíz de la lesión de arma blanca que sufrió en el pecho. Los investigadores creen que podría brindar información de importancia para el expediente y no descartan que pueda identificar al autor. 

El hecho

La reconstrucción sostiene que fue alrededor de las 5.30 del domingo cuando personal de seguridad del boliche, localizado en la esquina de calles San Isidro y Aristóbulo del Valle, expulsó a Miranda, sus dos amigos y el agresor después de que protagonizaron un fuerte altercado en el sector de los baños. 

Una vez en la calle, el sospechoso fue a buscar un cuchillo tipo carnicero que había guardado bajo el puente de una acequia y arremetió contra los tres jóvenes, lesionando a dos de ellos para luego darse a la fuga a pie con el arma en su poder. 

Miranda sufrió una lesión punzocortante profunda en el abdomen, que le provocó evisceración, motivo por el que personal policial lo trasladó de urgencia al Hospital Saporiti. 

Instantes después, una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) arribó al lugar y trasladó a Morales hasta el citado centro asistencial de San Martín, donde ingresó al Quirófano. 

Posteriormente, pasadas las 7.30, desde el nosocomio rivadaviense informaron que Miranda había perdido la vida.