La noche del 6 de septiembre de 2019, Brandon Brian Suco (23) se encontraba junto a un amigo comprando en un quiosco del barrio Parque Norte y fue sorprendido por un sujeto que le propinó dos balazos por la espalda, que le quitaron la vida en pocos minutos.

El testigo reconoció al autor y le aportó el nombre a los primeros investigadores que llegaron al lugar. Así, en tiempo récord –menos de 20 minutos– lograron atraparlo.

Poco menos de dos años después del hecho de sangre, el sospechoso, identificado como Jordan Alan Morales (23), más conocido como el Monito, llegó el martes al juicio oral y público.

Sin embargo, acorralado por las pistas, su defensa acordó con la fiscal de Homicidios Claudia Ríos, a cargo de la instrucción, resolver todo a través de un juicio abreviado final.

Así, el acusado reconoció haber matado a la víctima y fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión. A la hora de acordar la sentencia, las partes tuvieron en cuenta que Morales no contaba con antecedentes previos al hecho.

El acuerdo fue homologado por el juez David Mangiafico, de Tribunal Penal Colegiado Nº 1, que presidió la audiencia.

En el lugar también estuvo presente la familia de la víctima, quienes estuvieron de acuerdo con la pena impuesta.

Vendetta

Pese a que la instrucción llegó a su fin hace un tiempo, para los detectives jamás estuvo del todo claro el móvil del ataque.

Aunque la hipótesis más fuerte que se manejó durante la investigación fue la de un crimen motivado por la venganza.

Esa versión sostiene que el Monito buscaba tomar represalias por el asesinato de su hermano, Brian Ismael (22), quien fue ultimado de dos balazos en la misma barriada, pero casi 6 meses antes, más precisamente el 27 de marzo de ese año.

El expediente por el asesinato de Brian se encuentra en la órbita del fiscal de Homicidios Carlos Torres y tenía a dos imputados. Esa pesquisa sostenía que al joven lo habían matado tras una discusión por unas plantas de marihuana robadas.

Siguiendo con la línea investigativa sobre la vendetta hacia Suco, los detectives creen que Morales pudo haberse equivocado de objetivo. Esto porque era un familiar del fallecido quien había sido mencionado como sospechoso del asesinato de su hermano.

A sangre fría

Eran las 22.40 cuando Suco se encontraba en un quiosco de la manzana E del citado barrio maipucino, junto a un amigo, que era menor de edad.

Sorpresivamente, detrás de ellos apareció Morales, quien, sin intercambiar palabras, disparó en dos oportunidades contra la humanidad de la víctima y se dio rápidamente a la fuga.

Suco quedó tendido en el piso en grave estado y vecinos dieron aviso a la línea de emergencias 911, por lo que al cabo de unos minutos policías y una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) se hizo presente en la escena. 

El personal médico verificó a Suco y sólo pudo constatar que ya no contaba con signos vitales.

En tanto, los pesquisas entrevistaron al adolescente que presenció el ataque letal y aportó el nombre del Monito Morales.

Tras un rastrillaje en la zona, pasadas las 23 se logró ubicar al sospechoso cuando se encontraba entre las manzanas C y D del barrio La Gloria, en Godoy Cruz, a unos 7 kilómetros de la escena.

Luego de su captura, Morales fue acusado por homicidio agravado por el uso del arma de fuego, delito por el que terminó condenado el martes.