La banda familiar que fue detenida el lunes, que realizó varios robos en Maipú y Luján, fue citada ayer a la oficina del fiscal especial Luis Correa Llano, quien los imputó en dos de las diez causas que están verificadas hasta el momento, por el delito de robo agravado en despoblado y en banda y por el uso de arma de fuego.

    Según fuentes tribunalicias, estas personas estarían seriamente perjudicadas, ya que tienen sus teléfonos celulares intervenidos por la Justicia desde el mes de enero. En las escuchas telefónicas se habrían relatado todos los robos tal cual sucedieron, lo que facilita la tarea de los pesquisas e incrimina en gran medida a los imputados. Además, quienes investigan la causa no descartan que esta banda haya perpetrado más atracos, además de los diez que ya han sido confirmados.

    En el transcurso de la semana, cada uno de los siete integrantes de la familia deberá volver al tercer piso de Tribunales para escuchar las imputaciones que Correa Llano les hará por los otros robos que cometieron. Entre los delincuentes hay tres mujeres, quienes habrían sido las encargadas de realizar los trabajos de inteligencia y logística con las víctimas, aunque el grupo estaría encabezado por la madre y sus dos hijos, un hombre y una mujer. En la organización también actuaba el esposo de la hija de la cabecilla, junto a un cuñado de él y un íntimo amigo oriundo de Buenos Aires, apodado El Porteño.

    En los distintos puntos de allanamientos –en Chachingo, en Cruz de Piedra y la zona urbana de Maipú– se secuestraron varios artículos electrodomésticos, unos 2.000 dólares aproximadamente, un monto importante en pesos aún no precisado por la Policía, armas de fuego de varios calibres, escopetas recortadas, chalecos antibalas, medicamentos, presumiblemente de las víctimas, y tres vehículos en el que se movilizaban los delincuentes.