El fiscal de Homicidios Carlos Torres imputó la mañana de este martes al único detenido que tiene la causa por el asesinato durante un asalto del empresario Emilio César Giménez (49), ocurrido el jueves pasado en la zona de calles Jorge Newbery y Padre Manzano. Luego del acto procesal, ordenó que pase a la cárcel.

Se trata del penitenciario Cristian Rivero, quien fue identificado horas después gracias a lo que registraron cámaras de seguridad de la zona donde emboscaron a la víctima y efectivos de Investigaciones lo capturaron el domingo.

De acuerdo con fuentes de la causa, lo acusaron como autor del delito de homicidio criminis causa en concurso ideal con robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa. Trascendió que el fiscal Torres decretó el lunes el secreto de las actuaciones durante 10 días.

La decisión tiene que ver con los pasos que está dando la instrucción por estas horas, que están relacionados con la identificación de los otros sospechosos de integrar la organización que perpetró el golpe.

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Luego de conocer la acusación que prevé prisión perpetua, Rivero, un hombre vinculado a la seguridad del Club Independiente Rivadavia –el club informó en un comunicado que no lo era; aunque los detectives del caso y otras pruebas confirmaron lo contrario– y con licencia psiquiátrica en el Servicio Penitenciario desde enero, se mostró nervioso y preocupado y tuvo la intención de hablar en la causa.

Finalmente, no lo hizo e iba a pasar a la penitenciaría, a donde también se encuentra su hijo, quien lleva su mismo nombre y está marcado como jefe de una de las facciones de la barra brava de la Lepra, también acusado por un hecho de sangre, el que tuvo como víctima a Gabriel Gabito Videla en enero del 2021 en el Parque General San Martín.

Las fuentes detallaron a El Sol que el sospechoso asegura que no tiene nada que ver con el caso de inseguridad que se está investigando. Más allá de su versión, la que todavía no está plasmada en el expediente, trascendió que existen pruebas que lo comprometen con la causa.

Una son las cámaras de seguridad que lo captaron momentos antes y después del asesinato de Giménez y otras que se encuentran en pleno proceso de análisis y podrían salir de los peritajes en su teléfono celular.

Policías que trabajan el caso detallaron que el penitenciario formaría parte de la gavilla que asesinó a Giménez cuando intentó robarle 5 millones de pesos que transportaba en una camioneta VW Amarok y lo marcaron mientras iba al mando de un auto Fiat Tipo.

En un primer momento, trascendió que era un Fiat Punto pero con el avance de la pesquisa confirmaron que era otro modelo y que Rivero tenía autorización para manejarlo.

Lo cierto es que la pesquisa de Torres tiene a otro presunto autor confirmado e identificado (se reserva su identidad por pedido de los detectives).

Llegaron a sus datos gracias a los rastros de sangre que hallaron en uno de los tres vehículos que habrían actuado en el ataque contra el empresario.

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La reconstrucción inicial señala que Giménez, empresario frutihortícola, conducía su Amarok V6 blanca con cinco millones de pesos cuando sufrió una emboscada: una Jeep Renegade con una parte de la banda se colocó delante y una Toyota RAV4 detrás.

Ambos vehículos se encontraban con pedido de secuestro por robo. Más allá de eso, el objetivo era llevarse el dinero, pero la víctima ofreció resistencia. Hizo marcha atrás, chocó a la Toyota y terminó incrustado en una casa.

Uno de los asaltantes que se movilizaba en la Jeep se bajó y disparó dos veces un arma calibre 22: uno de los plomos impactó en el sector izquierdo del capot y el otro destrozó la ventanilla del conductor, atravesó el brazo de Giménez y terminó en el pecho, causándole la muerte en pocos minutos.

Al parecer, ese mismo malviviente se cortó la mano con los vidrios de la ventanilla al no poder sustraer el dinero de la Amarok y dejó sus rastros hemáticos en la puerta trasera izquierda de la Renegade.

Policía Científica levantó la prueba y se realizó un cotejo con el banco de datos de la fuerza: el resultado fue positivo con un ex convicto. Otros sospechosos también están identificados con nombre y apellido pero no han sido ubicados.