Una investigación por asesinato que parecía estancada porque los testigos no hicieron otra cosa que mentir a la hora de declarar. Todo cambió con el paso del tiempo y nuevas pruebas permitieron que el expediente esté a un paso del juicio oral.

El hecho de sangre ocurrió hace más de cinco años en la caliente triple frontera entre los departamentos de Godoy Cruz, Maipú y Luján y tuvo como víctima fatal a un inocente de 23 años, Jesús Gastón García.

Este joven caminaba con su pareja y su bebé de nueve meses cerca del cruce entre calles Isla Laurie y Ortiz, que divide los barrios Los Alerces y Unión y Fuerza, y un proyectil calibre 9 milímetros impactó en su espalda para salir por el pecho. Murió a los pocos minutos, frente a la desesperación de su novia. Se ganaba la vida como malabarista en las calles de la Costanera para llevar dinero para mantener a su familia.

Los que disparaban eran narcos que peleaban por una deuda millonaria en drogas. Y los plomos estaban destinados a otra persona llamada Nicolás Bustos pero no dieron en el blanco.

La causa tuvo desde el inicio a los mismos protagonistas en la mira pero poco habían podido hacer los investigadores para mantenernos encerrados. Fueron algunos testigos quienes primero los marcaron y luego cambiaron su versión para beneficiarlos. 

Sin embargo, un giro de 180 grados hace no mucho tiempo en la fiscalía de Homicidios de Carlos Torres permitió que el caso se encamine hacia el esclarecimiento.

El representante del Ministerio Público incorporó una serie de pruebas directas e indirectas y logró ubicar en la escena a los dos presuntos autores de la muerte de García, dos conocidos sujetos vinculados a narcobandas.

Se trata de Hugo Roberto Palma (38), apodado el Chileno Hugo y sindicado jefe narco con base en el barrio la Gloria de Godoy Cruz, y Damián Eduardo Farinela Alcaino (37), el Mazinger, otro personaje relacionado al mundo del comercio de estupefacientes y acusado de ser asesino a sueldo (sicario), ya que viene siendo investigado en otros asesinatos en la triple frontera.

De acuerdo con fuentes judiciales, Torres cerró la investigación penal preparatoria y elevó la causa a juicio.

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Tanto el Chileno Hugo como el Mazinger Farinela están imputados y con prisión preventiva como coautores de los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa (en perjuicio de Bustos) y homicidio agravado por el uso de arma de fuego en detrimento de Jesús García.

Este importante paso procesal permitirá, siempre y cuando la defensa no revierta el camino del expediente si hacen lugar a una oposición, que ambos se sienten en el banquillo de los acusados en un futuro no muy lejano.

Injusticia

El crimen de García ocurrió la noche del 1 de abril del 2016. Ese día fue movido en la triple frontera. Se registraron, al menos, dos tiroteos en los barrio Los Peregrinos, Unión y Fuerza y Los Alerces. Todos los hechos estaban vinculados.

Se acreditó por los testigos que el Chileno Hugo y Farinela se movilizaban en un VW Gol o Voyage negro y tenían como objetivo encontrar a las personas que, sostiene la hipótesis de los detectives, se habían quedado con dinero de un cargamento de drogas.

En un principio se habló de más de 600 mil pesos que no llegaron a manos del jefe pero luego trascendió que la cifra mexicaneada habría sido de un millón.

Más allá del monto, de la investigación surge que la raíz del conflicto nace cuando Nicolás Bustos y otro sujeto identificado como Javier el Boliviano Calderone fueron enviados a Chile por Palma a cobrar un millón de pesos provenientes del narcotráfico.

Al parecer, mientras se encontraban en el vecino país, Calderone se habría enterado que el Chileno Hugo mantuvo un encuentro íntimo con su novia. Enfurecido, una vez en Mendoza, habría tomado la decisión de no darle el dinero al señalado propietario del cargamento. Y para eso, contó con el apoyo de Bustos.

Con el paso de los días, el Chileno Hugo, Farinela y otros tres sujetos habrían tomado la decisión de matar a Bustos y a Calderone. Todo esto fue confirmado por testigos e informes de inteligencia que se desarrollaron a las pocas horas de los hechos.

Lo cierto es que, minutos antes de las 20.30, los sujetos que se movilizaban en el vehículo negro (con Palma y Farinela en su interior, sostiene la instrucción) llegaron hasta el barrio Los Peregrinos y comenzaron a disparar contra las personas que se encontraban en una casa de la manzana A.

Allí estaban Calderone, su hermano y el cuñado, Jonás Herrera Astudillo. Este último terminó con un balazo en el abdomen y siendo llevado hasta un hospital. Previamente había pasado por allí Bustos con su camioneta Ford EcoSport, ya que vivía enfrente.

Pero no todo terminó allí. Bustos salió de su vivienda y le pidió a Calderone que lo acompañara hasta la casa de su novia, Florencia Jaure, en la zona del barrio Unión y Fuerza.

Eran las 21.30 y Bustos llegó con su amigo y se encontró con la joven. Discutió con Jaure y en ese momento comenzaron los disparos. Los agresores eran los mismos que habían estado una hora antes en Los Peregrinos.

Los testigos marcaron al Chileno Hugo y a Farinela como quienes accionaban armas calibres 9 mm.
Se escucharon más de diez detonaciones.

Uno de los proyectiles impactó en el muslo derecho de Jaure y otro plomo Jesús García. Las dos víctimas no tenían nada que ver con la pelea que venían protagonizando el Chileno Hugo y Bustos.

Bustos escapó en la camioneta y los atacantes iniciaron una persecución. Mientras tanto, los vecinos salieron a socorrer a los heridos. Jaure fue llevada hasta un hospital y García no sobrevivió.

El joven malabarista se encontraba con su pareja y su pequeña hija a punto de ingresar a su casa cuando una bala ingresó por su espalda y lo atravesó.

Bustos logró escapar pero 19 días después lo encontraron en Las Heras: la noche del miércoles 20 de octubre fue baleado cinco veces en el barrio Eva Perón. Los detectives contaron por aquellos días que el Chileno Hugo estaba involucrado en el hecho.

Bustos salvó su vida y volvió a declarar en el expediente por la muerte de García. Presentó contradicciones y hasta dijo que no conocía el Chileno por los viejos códigos barriales.

Sin embargo las pruebas fueron mucho para él: los detectives confirmaron que ambos eran amigos, que formaban parte de la misma banda y que la relación se quebró luego de una infidelidad y por no rendir dinero que sería producto de la comercialización de drogas.

Y se basaron en que, entre el 4 de noviembre del 2014 y marzo del 2016, Palma, Farniella, Bustos y Calderone cruzaron varias veces a Chile con fines poco claros.