El Régimen Penal de la Minoridad establece en su artículo primero: “No es punible el menor que no haya cumplido dieciséis años de edad. Tampoco lo es el que no haya cumplido dieciocho años, respecto de delitos de acción privada o reprimidos con pena privativa de la libertad que no exceda de dos años, con multa o con inhabilitación. Si existiere imputación contra alguno de ellos, la autoridad judicial lo dispondrá provisionalmente, procederá a la comprobación del delito, tomará conocimiento directo del menor, de sus padres, tutor o guardador y ordenará los informes y peritaciones conducentes al estudio de su personalidad y de las condiciones familiares y ambientales en que se encuentre. En caso necesario pondrá al menor en lugar adecuado para su mejor estudio durante el tiempo indispensable. Si de los estudios realizados resultare que el menor se halla abandonado, falto de asistencia, en peligro material o moral o presenta problemas de conducta, el juez dispondrá definitivamente del mismo por auto fundado, previa audiencia de los padres, tutor o guardador”.

El caso del niño de 13 años que mató el domingo por la mañana a un vecino del barrio La Gloria para robarle las zapatillas volvió a poner en el centro de la escena la edad de la imputabilidad de los jóvenes que cometen delitos.

Lo cierto es que los adolescentes menores de 16 años no pueden ser juzgados ni ir presos a una cárcel.

Desde hace años se habla en el país sobre bajar la edad de imputabilidad a 15 años y hasta se han presentado proyectos, pero nada ha cambiado hasta estos días, por lo que desde 1980 se aplica la ley 22.278, sancionada y promulgada durante la última dictadura militar.

Estatu, como apodan al menor homicida que actuó con un arma de fuego y le quitó la vida a Jonathan Ochoa (28) mientras esperaba ingresar a un negocio de la manzana K del popular complejo de la triple frontera, podría permanecer en un hogar por tiempo indeterminado. Previamente, baleó a un remisero que había contratado para llegar hasta el lugar.

El 14 de julio cumplirá años y quedó alojado en una de las instituciones que dependen del Estado. Su madre, quien decidió entregarlo, fue notificada y sigue todas las instancias del proceso.

Le tomaron declaración y brindó detalles de importancias para el futuro del expediente, detallando que su hijo estaba vinculado al mundo de las drogas. 

Primero, le realizarán una serie de peritajes (se desarrolló un barrido electrónico para saber si disparó un arma de fuego, como señalaron testigos) y será abordado por profesionales de la salud mental para conocer su vida y entorno.

En primera instancia, quedó a cargo de los Equipos Técnicos Interdisciplinarios (ETI) y en los próximos días se conocerá cuál será su futuro.

Más allá de lo estrictamente técnico, se sabe que el menor no estará demasiado tiempo “judicializado” y volverá a la casa de sus padres, familiares más cercanos o algún tutor.

“El objetivo es que esté escolarizado y se desarrolle un seguimiento sobre su entorno”, describió una fuente judicial consultada sobre abordaje de menores en situaciones similares a la del Estatus.

Más allá de eso, se analiza que no vuelva al barrio La Gloria en mucho tiempo. Esto porque podría ser blanco de algún tipo de venganza de parte de los conocidos de la víctima, quienes se expresaron en las redes y mostraron su indignación contra el menor que perpetró el hecho.

El Estatu vivía en la manzana J y Ochoa, en la K, a poco más de 150 metros.

Otros casos impactantes

El hecho de sangre de este domingo recordó a otros conmocionantes sucedidos en los últimos tres años en la provincia. Justamente, uno de esos casos ocurrió a fines del 2019, también en el barrio La Gloria. La víctima fue un chico de 14 años que fue atacado por uno de su misma edad para robarle el teléfono celular.

Cristian Nicolás Merlos regresaba de la escuela Ingeniero Álvarez Condarco la mañana del viernes 13 de diciembre, cuando lo atacaron cerca de su casa de la manzana N, frente a la plaza Ricardo Videla.

Sobre calle Vélez Sarfield lo amenazó otro chico armado y le exigió sus pertenencias, por lo que la víctima corrió atemorizada y recibió dos balazos a corta distancia. Uno de los plomos le impactó en la pierna izquierda y el otro, en el tórax. Murió a los pocos minutos.

El autor del hecho fue identificado rápidamente por los testigos. Se trataba del Bebe, quien se había escondido en una casa de la citada manzana.

Le encontraron el teléfono celular de Merlos y le secuestraron un arma de fuego tipo pistola calibre 22. Este menor, al poco tiempo, volvió a la casa de sus padres, detallaron fuentes judiciales.

Otro joven inimputable vinculado a asesinatos que tuvo a maltraer a las autoridades policiales y judiciales fue identificado como Juanpi.

Con 15 años, participó en dos asesinatos en entre mayo del 2020 y enero del 2021: uno ocurrió en un prostíbulo de calle Patricias Mendocinas de Ciudad, que tuvo como víctima fatal a Marcos David Figueroa (30), y el otro, en la manzana B del barrio Flores Sur, que terminó con la vida de una joven inocente, Karen Ponce (19).

Juanpi se entregó ante las autoridades cuando lo marcaron como uno de los partícipes en el crimen de Figueroa, la siesta del 31 de mayo del 2020. Seis chicos, entre ellos dos mujeres, llegaron hasta una casa que era utilizada con fines de explotación sexual en dos remises y perpetraron un robo.

Ver también: El caso del menor inimputable que en medio año fue detenido por dos asesinatos

Las chicas se quedaron en los vehículos y los muchachos ingresaron al lugar. Figueroa, que ofreció resistencia, terminó recibiendo un disparo letal en la cabeza. Muchos fueron detenidos y Juanpi se entregó. A los pocos días, volvió a la casa de su madre.

Meses después, en enero del año pasado, fue sindicado como uno de los dos agresores que terminaron con la vida de Karen Ponce.

Esta chica se encontraba con un grupo de amigos sobre calles Cristo Redentor Sur y Bicentenario, en Capital, cuando dos sujetos a bordo de una moto roja comenzaron a dispararles a todos los presentes.

Uno de los proyectiles impactó en la espalda de la adolescente y un amigo de 17 años resultó herido en ambas piernas. Una hora después, Ponce murió en el Hospital Lagomaggiore. Los testigos marcaron al Juanpi como uno de los autores.

El año pasado también se produjo un homicidio que tuvo como protagonista a un autor de 14 años. Se trató del femicidio de Lucía Inés Fernández en Rodeo del Medio, Maipú. La chica tenía 15 años, salió de su casa para ir al colegio, pero murió acuchillada luego de encontrarse con el adolescente.

Ver también: Femicidio de Lucía: el celular, la escuela y un ataque a puñaladas

El autor del crimen fue detenido rápidamente. Se trató de un compañero del colegio. Confesó que acribilló a Lucía con un arma blanca porque le había dicho que estaba embarazada.

Igual que el resto de los menores, el chico que terminó con la vida de Lucía volvió a la casa de sus padres a los pocos días, tal como tipifica la normativa.