La Justicia Federal condenó ayer a tres de las nueve personas que formaban parte de una red de narcotraficantes que operaba en Mendoza a través de mulas –personas que transportan cocaína en el vientre–. La banda estaba integrada, además, por gente de San Luis y Tierra del Fuego.

    Quienes irán a prisión son dos bolivianos, ambos cabecillas del grupo, y otra persona de la misma nacionalidad, responsable de transportar las sustancias luego de ingerirlas y burlar los pasos fronterizos. Rubén Roberto Herbas, de 57 años, pasará 8 años y 6 meses de prisión efectiva por el delito de comercio y transporte de estupefacientes, además de pagar una multa de 3.000 pesos. Su novia, Carmen Rosario González, de 39 años, deberá responder por la misma causa y pasará 7 años tras las rejas.

    La mujer se comunicaba con sus hijos en Bolivia y les daba indicaciones de cómo ingerir las cápsulas. Asimismo, Jorge López Saavedra, de 51 años, fue condenado a 6 años de prisión por el delito de transporte de estupefacientes, ya que su rol dentro de la red de narcos era el de ser mula. Deberá abonar 300 pesos en condición de multa. Los otros seis integrantes fueron absueltos del delito que la Justicia Federal les imputó.

EMBOSCADA. Esta banda era seguida por la Justicia y Gendarmería Nacional desde setiembre del 2003, cuando intervinieron los teléfonos celulares de algunos de los delincuentes. Recién fueron apresados el 8 de marzo del año pasado, justo cuando detuvieron a los tres mulas en la terminal de ómnibus de Mendoza, quienes llegaban desde el norte del país. Ese día, estos pasajeros traían en el vientre más de 120 cápsulas de cocaína.

    Las personas detenidas fueron Saavedra, un menor de 18 años, quien está prófugo de la Justicia y por eso no participó del juicio, y Carmen González. Herbas mantenía diversas comunicaciones telefónicas por celular con Juan Fonzalida en Villa Mercedes y con Matías Galastegui en Tierra del Fuego, quienes habrían sido los encargados de la logística del grupo. La Justicia no pudo confirmar esto y consideró razonable absolver a los dos mayores de edad.

    Durante el juicio, el defensor de Herbas y González, el ex juez federal Luis Leiva, planteó la nulidad de las escuchas telefónicas tras sostener que no existieron fundamentos para realizarlas. A principios del año pasado, la Justicia Federal perpetró una serie de allanamientos donde se secuestraron, en el caso de Herbas, giros postales de Western Union con destino final a Bolivia y Argentina, cuatro teléfonos celulares y una importante suma de dinero. A otros de los imputados, los pesquisas les incautaron marihuana, cocaína, documentaciones de todo tipo y varios teléfonos celulares.