Después del revés judicial que sufrió el martes, que lo vinculó directamente al crimen del chico Mauricio Morán en Perdriel, al policía Cristian Bressant no le quedó otra alternativa que presentarse ayer en Tribunales. Tenía 24 horas para hacerlo y no esquivó a la requisitoria judicial, luego de que la Sexta Cámara del Crimen ratificara la prisión preventiva en su contra. Si no se presentaba, iba ser considerado prófugo. Finalmente, esto no sucedió.

        Cerca de las 9, su abogado, Carlos Reig, lo llevó a la Unidad de Delitos Complejos para firmar los papeles que dejaban constancia de que no se iba a escapar. Por todo esto, el fiscal especial Daniel Carniello ordenó el inmediato traslado del uniformado a prisión. Así fue que, dos horas después, Bressant –quien no reprochó el último fallo judicial– quedó alojado nuevamente en una de las celdas de Policía Montada a la espera del juicio oral y público. El sospechoso está imputado po homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por la función, pesada carátula que le puede costar más de una veintena de años en la cárcel si es encontrado culpable.

REPERCUSIONES.

         Lo cierto es que el caso Morán inundó por varias semanas las páginas policiales de los diarios locales. El crimen del menor ocurrió el 5 de mayo y, desde ese día, sus padres reclaman justicia. Según los testigos, un policía disparó con su escopeta para amedrentar a la gente que estaba sacando carbón cerca de un convoy. Pero uno de los cartuchos portaba perdigones de plomo, los que se incrustaron en el cuerpo del joven, quien murió minutos después en el lugar, ubicado a escasos metros del barrio Cuadro Estación.

         Desde un primer momento, el fiscal que intervino en el caso, Luis Correa Llano, ordenó la detención de Bressant, quien fue señalado, tanto por los testigos del citado barrio lujanino como por sus propios compañeros de operativo, como el autor del disparo que acabó con la vida del joven de 14 años. Las investigaciones que encaró Correa Llano determinaron que Bressant fue el policía que había apretado el gatillo de la escopeta utilizada para reprimir a un grupo de jóvenes y adultos que saqueaba carbón de un tren en movimiento.

          Con estos elementos, el magistrado solicitó a la jueza de Garantías Alejandra Mauricio la prisión preventiva. Pero Mauricio se la negó rotundamente, porque no había pruebas contundentes, y ordenó la libertad bajo fianza de Bressant, quien pagó 20.000 pesos y se marchó a su casa. Así las cosas, el fiscal arremetió contra la jueza y apeló su decisión. Presentaron sus argumentos y la Sexta Cámara del Crimen decidió que Mauricio debía continuar en el caso. A su vez, el abogado de la familia Morán,Marcelo D’Agostino, apeló ese fallo, al igual que Correa Llano.

       Mientras tanto, la defensa de Bressant tenía un as en la manga y recusó a Correa Llano.Después de varios meses al frente del expediente, Correa Llano fue apartado por decisión del juez de Garantías Manuel Cruz Videla, quien avaló la petición del letrado Carlos Reig. De esta forma, el caso pasó a ser instruido por otro magistrado especial, Daniel Carniello. Por último, la extensa novela de las recusaciones y apelaciones terminó el martes, cuando la Sexta Cámara del Crimen ratificó la prisión preventiva del sospechoso tras la apelación del fiscal y la querella. Bressant está acusado también de herir a otros menores durante la balacera, por lo que su situación procesal podría complicarse en un futuro juicio.