Policías de Investigaciones capturaron la mañana de este martes al principal sospechoso del crimen de la artista plástica María Pía Persia, quien encontraron asesinada el fin de semana en su casa de la Quinta Sección, en Ciudad.

La información sostiene que se trata de uno de los albañiles que se encontraba trabajando en el inmueble de la víctima y que estuvo en ese lugar antes del hallazgo del cadáver.

Los detectives del caso lo sindicaron como el autor del hecho de sangre a través del análisis de cámaras, declaraciones testimoniales y otras pruebas que se plasmaron durante las últimas horas en el expediente liderado por el fiscal de Homicidios Carlos Torres.

El presunto matador quedó alojado en una dependencia policial a disposición del representante del Ministerio Público, quien lo imputará en las próximas horas y también definirá su traslado a un penal provincial.

La detención del acusado llegó horas después de que la necropsia practicada por el Cuerpo Médico Forense (CMF) confirmó a los investigadores que la mujer había sido ultimada mediante estrangulación, probablemente con un trozo de tela que fue secuestrado en la escena.

Previo al informe final de la autopsia, reinaba la incertidumbre en la causa, ya que fue difícil determinar si las lesiones habían sido producidas por un tercero o si podían ser autoinfligidas.

Incluso, debido a que se activó desde un principio el protocolo por femicidio, el perito realizó un primer análisis del cadáver en el teatro del hallazgo. No obstante, esa revisión preliminar resultó inconclusa. 

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Pipi Persia, como la conocían sus seres queridos, fue encontrada sin vida el sábado en su domicilio de calle Joaquín V. González, en el que estaba llevando adelante una serie de refacciones.

Justamente, fue uno de los obreros que estaba a cargo de esas labores quien dio con el cuerpo de la víctima, después de ingresar al inmueble con una de las llaves que la propia mujer les había facilitado.

El hombre le dio aviso a la línea de emergencias 911 y cuando policías llegaron al lugar, les relató que había visto a la dueña de casa con vida, por última vez, el miércoles 13.

Aclaró que al día siguiente, el jueves, no debió asistir a trabajar, ya que le tocaba a su compañero, de quien aportó los datos. Continuando con su relato, sostuvo que el viernes debía volver, pero que no logró comunicarse con Persia, por lo se retiró.

Finalmente, el sábado se presentó otra vez y decidió entrar, pese a la falta de respuesta de la propietaria. El hombre abrió la puerta de ingreso con la llave, comenzó a buscar a la mujer por las habitaciones y la terminó hallando en el interior de un depósito, tendida en el piso boca abajo y sin signos vitales.

Durante varias horas, personal de la Policía Científica trabajó en la escena para levantar huellas y rastros genéticos. Justamente, esas pruebas levantadas por los criminalistas podrían transformarse en la clave para destrabar el caso.