La causa por el presunto abuso sexual a una niña de 12 años que tiene como detenido al empleado judicial Leandro Llaver Adaro (32) atraviesa días claves. Este miércoles la denunciante declaró en cámara Gesell y reafirmó la versión que manejaban los investigadores desde comienzo de la investigación.

Antes de que la menor aportara cómo fueron los hechos, los detectives sólo contaban con una reconstrucción que se realizó a partir de las declaraciones que aportaron la madre, una hermana y la mujer que la asistió en la vía pública.

Si bien no trascendieron los dichos que plasmó la niña en el expediente debido a que se trata de una causa de instancia privada, un pesquisa allegado al expediente sostuvo que, tras la cámara Gesell, “se mantienen las sospechas iniciales sobre el imputado”.

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Entre los especialistas que participaron de la medida estuvo presente un perito de parte designado por la defensa de Llaver.

En el medio, el fiscal de Violencia de Género y Delitos Sexuales Germán Hnatow, a cargo de la instrucción, aguarda por una serie de informes y resultados de peritajes para continuar avanzando la hipótesis principal.

Entre esas pruebas que están pendientes de ser incorporadas al expediente se encuentran los cotejos genéticos sobre prendas que fueron incautadas durante el allanamiento en el domicilio del acusado, así como también el análisis del personal de Delitos Tecnológicos sobre su celular y el de la menor.

De los teléfonos se solicitaron los datos de geolocalización, a través de los cuales busca determinar la veracidad de los dichos de la menor sobre los lugares en los que habría estado junto a Llaver.

También se realizará un análisis sobre las redes sociales de ambos para determinar si existió un intercambio de mensajes previo al presunto abuso, tal como publicó este diario.

Esto debido a que, a través de sus familiares, la niña relató que desde hacía unos días mantenía comunicación con Llaver por esa vía, a través de la cual también se pactó el encuentro. 

Entre el material probatorio que podría ser incorporado en los próximos días al expediente también se encuentran las imágenes de cámaras de seguridad aledañas al domicilio del acusado, ubicado en calle Yapeyú, del cual habría escapado la menor tras permanecer algunas horas encerradas junto a Llaver, de acuerdo con su relato.

Por último, la defensa del señalado abusador solicitó la detención domiciliaria, argumentando que su cliente padece una enfermedad renal, por lo que es paciente de riesgo frente al Covid-19. Justamente, por ese motivo, se encontraba desde marzo del año pasado prestando sus servicios como auxiliar administrativo del Ministerio Público desde su casa. 

Para responder a ese pedido, las autoridades judiciales están a la espera de un informe médico, para determinar si el cuadro que presenta Llaver lo podría eximir de pasar a prisión. Mientras tanto, continúa alojado en la Comisaría 12ª del departamento esteño. 

Conmoción y escándalo en el Este

El caso se conoció cerca de las 11 del sábado cuando la niña se encontraba en las inmediaciones de la Unidad Fiscal San Martín-La Colonia y solicitó ayuda a una vecina, a quien le reveló que había sido víctima de un abuso sexual y que acababa de escapar de la casa del presunto autor.

La mujer la acompañó hasta la sede judicial y le contó lo sucedido a las autoridades que se encontraban de turno. Ante eso, se identificó a la menor y se constató que en horas de la madrugada su madre había radicado una denuncia de paradero, ya que llevaba varias horas sin regresar a su domicilio.

Ante eso, se le dio aviso a la progenitora, quien contuvo a la niña y habló con ella para ponerse al tanto de lo ocurrido. Seguidamente, la madre radicó la denuncia correspondiente y contó el relato que le brindó su hija.

Con las declaraciones tomadas, sumadas al primer abordaje que realizaron los especialistas del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) y el análisis médicos que se hizo en el Hospital Fleming, el cual reveló que la menor tenía lesiones de abuso sexual de vieja data, se procedió a identificar al presunto autor.

Cuando los detectives revisaron el celular de la menor, se sorprendieron al descubrir que el sospechoso era Llaver, auxiliar administrativo judicial e hijo del concejal y precandidato a diputado provincial por Cambia Mendoza Daniel Llaver.

De acuerdo con la versión de la niña, se había encontrado con el acusado el viernes a las 19 en las cercanías del aeroclub San Martín. Luego, se dirigieron a Palmira a tomar unas cervezas, para terminar en el departamento de Llaver.

Fue en ese lugar donde el sospechoso habría vejado a la menor, quien aseguró que intentó retirarse de allí y que Llaver no se lo permitió.

Por ese motivo, debió pasar la noche en la vivienda y en la mañana del sábado aprovechó que el empleado judicial estaba durmiendo para escapar, surge de la investigación. 

El hecho provocó un fuerte impacto en el ambiente judicial y político. Incluso, el concejal Llaver realizó un descargo después de que El Sol reveló el caso e intentó despegarse de su hijo al asegurar que no tenía “ningún tipo de relación” con su hijo.