Hoy se cumplen dos años de un hecho aberrante que marcó el pico más alto de la escalada de inseguridad en la provincia, cuando la maestra Claudia Lourdes Oroná fue asesinada por tres delincuentes que intentaron robarle en la puerta de la guardería donde trabajaba, en Godoy Cruz. Familiares, amigos y vecinos del departamento de San Martín –de donde era oriunda Claudia– se reunirán para recordarla, en una misa a las 20, en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.

    En diálogo con El Sol, Graciela Oroná –hermana de Claudia– contó que por el segundo aniversario del asesinato “quisimos hacer algo muy tranquilo, por el dolor grande que causó todo esto”. Además, Graciela sostuvo: “Claudia siempre está entre nosotros y la verdad es que toda la provincia va a recordar este salvaje hecho aunque pase el tiempo”. Cuando se le preguntó sobre las novedades en las instancias judiciales, Graciela dijo: “Aún no sabemos nada de nada. No tenemos noticias al respecto, creo que, como están las cosas a nivel judicial, recién vamos a tener novedades el próximo año”.

LA DOLOROSA HISTORIA. Un día como hoy, pero del 2004, luego de terminar de dar clases en la salita de 4 del jardín maternal Estrellitas, Claudia Oroná fue sorprendida por dos malvivientes (Ricardo Javier González, alias Pitu, y Sergio Corvalán, alias Pelado) mientras intentaba dar arranque a su automóvil, que estaba estacionado en el puente de la guardería.

    La indefensa maestra de 35 años logró trabar la puerta para evitar ser asaltada. En ese momento recibió un disparo en la espalda que atravesó el vidrio de la ventanilla. Los peligrosos delincuentes huyeron del lugar y Claudia, mal herida, intentó pedir ayuda pero se desvaneció en la vereda. Murió camino al Hospital El Carmen y su asesinato se convirtió en un caso testigo de la escalada de violencia en Mendoza.

LOS DELINCUENTES. A dos años del homicidio hay un condenado –el Pitu– y un procesado, Sergio Corvalán –el Pelado–, detenido el 2 de mayo de este año, sospechado de materializar el homicidio de Claudia –es quien habría disparado a través del vidrio–, aunque esto recién llegará a debate en los próximos meses, dado que aún no hay fecha precisa para el segundo juicio oral. Por su parte, el otro delincuente que estaba acusado, Ernesto Chispita Rojas (21), fue absuelto oportunamente por la Justicia, pero condenado a 3 años de prisión por un “robo agravado por el uso de arma de fuego” cometido dos días antes del crimen de la recordada maestra.