El actual asesor de la Dirección General de Escuelas, Billy Romero, estuvo ayer en la Biblioteca General San Martín participando de un acto por el día de las escuelas técnicas. El detalle es que los empleados de la biblioteca no tienen un buen recuerdo de él y se lo hacían saber a quien se les acercaba. El encono viene del 2003, cuando Billy era subsecretario de Cultura del gobierno de Roberto Iglesias y se produjo el famosos robo de las joyas bibliográficas. Por esos días, Romero había dejado entrever que los empleados, o al menos algunos, tuvieron algo que ver. Por eso el enojo.