Omar Tanga Gómez y Néstor Melli Funes dijeron ser inocentes del crimen de Matías Quiroga cuando el tribunal de la Séptima Cámara del Crimen les preguntó si tenían intención de agregar algo más al proceso antes de que se dictara la sentencia. Los otros dos, Nelson Funes y Luis Alberto Cabral, reconocieron que llegaron armados a la escena en busca del dinero de la Bolsa de Comercio de Godoy Cruz “para darles de comer a sus hijos” y que no tenían la intención de matar a nadie.

Estos últimos trataron de desvincular a los primeros del asesinato del joven estudiante universitario de 21 años y, en parte, lo consiguieron.

Ayer, a las 12.30, los jueces dieron a conocer el fallo por el hecho de inseguridad más conmocionante de los últimos años y sólo uno de los dos imputados por la muerte de Quiroga, el Tanga Gómez, recibió la pena máxima, prisión perpetua, tal como había solicitado la fiscalía representada por Daniel Carniello y Susana García, durante los alegatos de las partes, por ser coautor de homicidio criminis causa. El resto de los integrantes de la banda recibió 20 años de cárcel cada uno por los intentos de homicidio y robo.

De esta forma se dio por terminado el juicio oral y público por el hecho ocurrido el 9 de marzo del 2012 pasadas las 17. Una banda delictiva de, al menos, siete miembros llegó en un utilitario robado hasta la playa de estacionamiento del Carrefour de calle San Martín de Godoy Cruz, y quiso llevarse a los tiros el dinero de la Bolsa de Comercio que estaba en los camiones de caudales. Se encontraron con la resistencia de cuatro custodios de la empresa Prosegur, que se defendieron disparando.

Dos guardias –Luis Lobos y Gustavo Aveiro– y dos ladrones, Cabral y Nelson Funes, resultaron heridos durante el intenso enfrentamiento. El resto de la banda huyó corriendo hacia el norte y, al llegar a calle Guido Spano, acribilló a un joven que pasaba por allí para huir en su auto.

Matías Quiroga dejó de existir a los pocos minutos. Quedó tendido sobre la vereda, y el caso generó una intensa instrucción que terminó con cuatro imputados tras las rejas.

Durante el debate, los testigos no pudieron reconocer a los autores del crimen de Quiroga, simplemente porque llevaban máscaras. Estaba claro, porque fueron arrestados en la escena, que Nelson Funes y Cabral eran parte del grupo delictivo, pero confirmar que el Tanga Gómez, un hombre con pasado carcelario y beneficiado con un traslado a una prisión de mínima seguridad y salidas transitorias por un juez de Ejecución Penal, era el objetivo de la fiscalía. Carniello instruyó el expediente y basó su acusación en las pruebas instrumentales más que testimoniales.

El arma que le encontraron cuando fue detenido semanas después y una huella dactilar hallada en un papel en la guantera de la Ford Transit que usó la banda para llegar hasta el Carrefour fueron determinantes para que los jueces Agustín Chacón, Belén Salido y Gabriela Urciuolo lo encontraran culpable por el intento de robo. Los testigos señalaron que “un grandote con una ametralladora”
–mismas características físicas que Gómez– disparó contra el joven y le quitó la vida, y esto habría sido suficiente para entender que era uno de los homicidas.

Se creía que el otro acusado del crimen, Néstor Funes, también recibiría esa pena porque cuando fue arrestado con el Tanga en el barrio Jardín Agrelo le encontraron una de pistola calibre 9 milímetros usada en el primer hecho. Además, su ADN estaba en una máscara de neoprene hallada a pocos metros del lugar donde mataron a Matías Quiroga. Sin embargo, como tiene el mismo perfil genético que su hermano gemelo Nelson, no se lo pudo culpar del crimen.

El juicio tuvo a un quinto imputado, por encubrimiento agravado. Se trata de la pareja del Melli Néstor Funes, Eugenia Morales, quien podría recibir tres años de cárcel. La sentencia en su contra se ventilará el 8 de julio en esa misma cámara.